¿Has estado sintiendo
mucho estrés, tensión, agotamiento y nostalgia durante estos días “entre eclipses”? (después del eclipse lunar y ahora con el acercamiento al eclipse
solar)
No te preocupes, es
absolutamente natural porque estos eventos, ya sean lunares o solares derrochan
gran cantidad de energía sobre la Tierra y alrededores y los humanos somos
antenitas captadoras de estas energías.
En el eclipse de mañana 26
de febrero, la Luna se interpondrá entre el Sol y la Tierra, impidiendo por unas
horas la llegada de la luz del Astro Rey…
Nuestro satélite bloqueará el envío hacia nosotros de la energía solar y
podemos sentirnos abandonados, a la deriva, melancólicos, con las emociones
desbordadas, navegando en una barca sin capitán… y es porque la Luna será por
unos momentos la reina de la fiesta y recibiremos todo su influjo amplificado…
Los eclipses son
aceleradores de procesos. Llegan a cerrar temas que deben quedar en el olvido
(lunares) y abrirán otros (solares) que son tareas impostergables para nuestra
evolución. Siempre nos revelan cosas que hemos estado ocultando, o nos han
estado ocultando… Es un proceso de sacar a la luz. Por eso se viven de manera intensa.
Somos muy vulnerables a
las energías de un eclipse porque alteran nuestras emociones… resaltan la
fuerza instintiva en los humanos y otras especies. Nos volvemos ansiosos,
inquietos, nerviosos… sentimos que en cualquier momento vamos a estallar.
Estamos expectantes porque presentimos que algo se viene y no sabemos lo que
es…
Los mensajes eclípticos
nunca son del todo claro. Avizoramos el cambio pero no sabemos como éste vendrá
vestido… pero siempre nos trae una revolución interna. En lo colectivo también
representa una evolución fuerte.
La transformación que trae
un eclipse nunca es instantánea sino que se va manifestando durante los seis
meses posteriores.
Las personas que más se
sienten afectadas durante los eclipses son aquellas que acostumbran a acumular
polvo bajo la alfombra: los que guardan secretos… de pronto saltamos de la
oscuridad a la luz y podemos ver una verdad que se nos ha estado revelando por
años y que solo ahora somos capaces de ver… o podemos seguir ciegos, y esa
verdad se pondrá ante nuestros ojos y no estaremos en capacidad de verla… la
eclipsaremos.
Para canalizar las fuertes
energías de este evento se recomienda relajarnos… meditar… Dar largas caminatas
con nuestro perro o compartir días de mucho contacto con la naturaleza con la
familia y o amigos… hacer un ritual... No dar cabida al estrés.
Las energías están muy
potentes… Hay demasiada tensión en el Cielo y lo mejor que podemos hacer en
estas horas es eclipsarnos… opacar por este tiempo revuelto a la mente y
permitir que brille nuestro corazón… Sintamos el eclipse, vivámoslo con todo lo
que trae: ansiedad, tristeza, rabia, dolor, impotencia… Es hora de sacar a la
luz lo que hemos mantenido escondido dentro de nosotros… Si necesitas llorar,
llora… Si quieres gritar para sacar la rabia y el dolor hazlo… No guardes
ningún desecho emocional dentro de ti, saca la basurita afuera… Es necesario dejar
cosas atrás para iniciar el gran cambio…
Por eso amigo lector, no
agregue más intensidad de la que ya se percibe en el ambiente… Relájese…
medite, agarre ese libro que está deseando leer, beba mucha agua, si quiere
haga ejercicios, Haga un ritual (o dos) pero no vuelque la revolución que lleva dentro en los demás…
Son tiempos muy intensos, pero de aprendizaje profundo para el alma…
En Aceptación, Gratitud,
Amor y Conciencia.
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