Todos los esfuerzos
dirigidos a evitar la soledad han fallado, y fallarán porque están en contra de
los fundamentos de la vida. Lo que se
necesita no es algo para olvidar la soledad, se necesita tomar
conciencia de esa «solitud» que es una realidad.
Y es tan hermoso
experimentarla, sentirla, porque es tu libertad respecto a la multitud, el
otro. Es nuestra libertad que nos quita el temor de sentirnos solitarios. La palabra «solitario» inmediatamente
produce una herida, un vacío que hay que llenar; lastima. Sé algo que lo
llene.
«Solitud», esa
palabra no sugiere el sentido de herida, de
vacío que debe ser llenado. Solitud significa que estás completo, no
necesitas a nadie para completarte.
Así pues, trata de
encontrar tu más profundo centro donde siempre estés solo. En la vida, en la
muerte, dondequiera que estés, estarás solo.
Pero esto es tan pleno —no es un vacío—, está tan completo y desbordante de savia vital, de todas las bellezas y
bendiciones de la existencia, que en cuanto se ha probado la solitud, la pena del corazón desaparece. En su
lugar surge un nuevo ritmo de inmensa dulzura, paz, gozo, felicidad beatífica.
Esto no significa que
un hombre centrado en su solitud —completo en sí mismo— no pueda hacer amigos;
de hecho sólo él puede hacerlos, porque ahora no es ya su necesidad, sólo
quiere compartir. Tiene tanto que puede compartir.
Osho
Me®