Ustedes ya me conocen, soy adicta a las charlas y
los silencios, a las reuniones y los viajes interiores, a lo mundano y lo
divino… y eso no me vuelve una bipolar como muchos creen. Soy capaz de estar
aquí y allá, de reír y llorar, de bailar y rezar… Me debato entre alegrías y
melancolías… entre luces y sombras… entre primaveras y otoños…
Despedí este verano llena de expectativas por
encontrar al fin un espacio para poder fluir… Ha sido un tiempo muy intenso (en
lo personal y colectivo) y la vida me brindó el regalo de cosechar una siembra energética de hace muchísimos años y me mantuve ocupada recogiendo tantos sabrosos
frutos que colmaron mi alma de gratitud… y mi cuerpo de cansancio…
Y llega Otoño trayendo la bendición del relajo… y
este otoño es muy especial porque me encuentra en un proceso muy importante de
mi vida (cosechando), cierro el ciclo de soltar a mi hermano fallecido el otoño
anterior e inicio un tiempo soñado, creado en mi mente desde el momento en que
tuve conciencia en este planeta y es algo así como vivir mi propio cielo. Se
podría decir que al fin la Mariposa de la felicidad se ha posado en mi hombro,
tal vez porque dejé de perseguirla… y tengo el tiempo para disfrutar mirando
por la ventana caer las hojas del durazno y el cerezo mientras desprendo
vivencias innecesarias y recuerdos inútiles… Suelto, suelto y suelto… porque
necesito aligerar los pesos del cuerpo, la mente, el alma y la vida… y me
preparo para recibir todas estas bendiciones que el Otoño me regala… Genero el
espacio para que llegue lo nuevo…
Y todos estamos ahora soltando la vieja vida que
tuvimos hasta hace poco y avanzamos hacia un espacio de mayor conciencia y
plenitud, esa Tierra Prometida por nosotros mismos en algún instante de consciencia…
Atrás se quedan, como hojas desgastadas por los
vientos, viejos hábitos que creíamos tan nuestros, personas que considerábamos
parte de nosotros, ese trabajo que conservamos por años solo por cobrar a fin
de mes y hasta la vieja casa que nos cobijó desde la infancia… Abro los brazos
para dar la bienvenida a todo lo nuevo que llega hasta mi, especialmente a
estos espacios de mayor expansión, de conciencia elevada, tan luminosos que no
dejan lugar para el ocultamiento. Todo está a la vista, nada puede esconderse
porque a mayor conciencia se vive en plena honestidad.
Las estaciones son ciclos sagrados que la
naturaleza nos regala para avisarnos de inicios y cierres… cuando pasamos a
otra vuelta en la espiral ascendente… y todo se inicia pero con otras
experiencias, otros espacios para crecer y un nivel siempre más elevado en la
conciencia, en el alma y en el corazón…
Disfruten de este tiempo maravilloso y entréguense
con total confianza a la experiencia de soltar todo lo que debe quedar atrás… Abracen
lo nuevo… Abracen la vida naciente, abracen sus sueños…
Gracias tibio y colorido espacio que me regalas la
oportunidad de crecer soltando…
¡Gracias Bendito Otoño!
¡Gracias Bendito Otoño!
En Amor y Conciencia.
Me®
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