Todos somos en esencia seres luminosos, solo que muchos
lo han olvidado y por eso caminan entre sombras…
Nacemos hermosos, llenos de alegría e irradiando luz hacia todas
partes: la gente nos ama cuando niños, se acercan y no pueden resistir hacernos
un mimo: ese es el magnetismo de nuestra luz…
Pero la vida, con su formación y educación creadas para que olvidemos nuestro linaje divino, para alejarnos de
nuestra esencia y para impedir que crezcamos en luz y conciencia nos van
apartando cada día más de nuestra conciencia, de
nuestra luminosidad…
Pero nuestra alma se mantiene intacta y nos
recuerda por medio de dulces susurros que somos luz, que llevamos una chispa
divina dentro, que vinimos a iluminar, que estamos aquí para sanar(nos) y sobre todo para hacer crecer al ser
luminoso que permanece dentro de nosotros siempre intacto esperando que le
recordemos y despertemos de este sueño tridimensional que nos ha hecho olvidarla.
Poseemos libre albedrío y podemos elegir manifestar nuestra luz o seguir
viviendo en la oscuridad… Es una elección constante hacernos
cargos de nuestras luces y sombras. Pero primero hay que ser conscientes de
ellas.
Despertar es volver a la luz. Hacernos conscientes
de que hay una sabiduría infinita habitando en nosotros y podemos dejarla salir en cuanto
necesitemos de ella, pero para eso hay que aprender a escucharnos, a amigarnos
del silencio para que surja desde el fondo la voz del alma que nos deje ver el
resplandor del espíritu.
Esa Luz que habita en nosotros podemos hacerla
crecer también entregando amor,
siendo considerados y pacientes con el resto, ayudando a los demás a crecer y a desarrollarse,
pero sobre todo, viviendo anclados en el presente y disfrutando del HOY que es
lo único que poseemos porque el mañana es una quimera y el pasado
un recuerdo…
Nadie es un foco aislado, todos nos estamos
nutriendo constantemente de las luces de los demás así como alimentamos con nuestra luz al resto. Nadie puede solo esperar
recibir luz, también tiene que entregarla
a los demás para seguir en esta
gran cadena luminosa que somos los seres humanos… Si pretendes solo crecer en luz recibiendo y siendo
incapaz de entregarla, tu foco se apagaré lentamente y la luz de los demás no llegará a ti…
Siempre estamos en posibilidad de retornar a la luz, aunque hayamos vagado en medio de las sombras. La Luz de la conciencia siempre está ahí disponible para todo aquel que quiera usarla...
Así que ya sebes amigo lector. Tu misión es iluminar esta Tierra con Sabiduría y Amor ¿Qué estás esperando?
Me®