Aunque
mi Año Nuevo lo celebro con cada cumple, no puedo sustraerme a esta festividad
de Año Nuevo Gregoriano y hacer una revisión de los aspectos positivos y
negativos que ha tenido esta experiencia llamada 2010 en donde se revisan
logros y fracasos, a partir de las expectativas gestadas durante todo este año
de sueños, proyectos y trabajos. Creo que los saldos siempre son positivos
cuando estamos abiertos a la enseñanza que nos ha dejado la experiencia, aunque
ésta sea dolorosa… Si sentimos que nos hemos equivocado de nada sirve sentarse
a llorar sobre el error, lo valioso será recomponerse y empezar este nuevo
ciclo cargándonos de energías y nuevos bríos. Paro esto sólo será posible si
nos inyectamos una vigorosa porción de autoestima y amor propio.
La verdad es
que no creo en los fracasos porque de todo se extrae una lección. Quizás las
expectativas fueron muy altas y por eso al ver que los resultados no lograban
equipararlas sentimos que hemos fracasado pero es un logro igual…
Una vez leí
por ahí que: “Fracaso significa que Dios te tiene preparado algo mejor” y la
vida se ha encargado de enseñarme que es así… Todo fracaso siempre me trajo un
hermoso regalo y es por eso que muchos me llaman masoquista porque cuando me
pasa algo de eso que llamamos “malo” yo digo que todo funciona en perfecta
armonía y que viene algo mejor… Y así es.
Este año 2010 me trajo muchos
regalos, algunos envueltos en personas maravillosas, otros en situaciones pero
el mayor llegó disfrazado de trabajo… El trabajo que siempre soñé, ahora puedo
hacerlo desde mi casa y aplicando mi creatividad. Lo mejor es que no tuve que
salir a buscarlo sino que me lo vinieron a ofrecer a mi escritorio y sin
pensarlo 2 veces firmé contrato y heme aquí, muy pronta a dar a luz mi opera
prima…
En lo afectivo fue mejor porque me enamoré perdidamente de ese Ser que
soy yo… Fue un trabajo largo de casi 10 años este aprender a amarme y creo que
por fin lo he conseguido porque me dejo ser y no me preocupa que eso moleste a
mucho gente, más bien me divierte ver como esas personas que viven acartonadas
metidas dentro de un molde me juzguen tan duramente por atreverme a SER pero
eso es parte de este juego llamado vida…
En la parte salud pasé algunos sustos
porque aunque me creo con salud de hierro y tengo desterrada la enfermedad de
mí vida (no es soberbia como me dijo alguien por ahí sino que absoluta
confianza en quienes me sostienen que son, entre otros, los Ángeles) y casi
pierdo un dedo del pié, sigo sanita y caminando normalmente…
Creo que este fue
el año de la reconciliación porque me reconcilié conmigo misma, con mis
convicciones, con mi poder creativo que tenía oculto hace unos años por razones
que no vale la pena mencionar y sobre todo me estoy reconciliando con mi madre…
Han sido largas horas de terapia para poder llegar a esta sanación que por fin
se está produciendo dentro de mí… Perdonar a mi madre, calzar sus zapatos y
llegar a comprenderla ha sido una de las tareas más duras de mi vida y me
produce un gran júbilo ser capaz de abrazarla, simbólicamente porque lleva 20
años muerta, mirarla a los ojos y decirle: ¡Perdón! Porque parte de este
proceso fue descubrir que ella también tiene mucho que perdonarme pero ese tema lo
trataré en un post siguiente
.
Mi balance me dice que este año fue positivo,
positivo, positivo… Que no tengo saldo en contra sino a favor y que el año que
se inicia me trae más regalitos y como no me dicen en que vendrán envueltos
siempre estoy abierta a lo que la vida me manda porque se que detrás de eso se
viene un profundo aprendizaje y crecimiento y para eso vine a la Tierra a
aprender y a crecer… Y aquí estoy siempre lista para lo que me trae la vida…
¡Gracias
2010!
Me®