Una actividad que suelo hacer en esta época es la
de jardinear. Remuevo la tierra y quito la maleza preparando el jardín para la
Primavera.
Es muy terapéutico poder observar nuestro jardín
o nuestros balcones donde crecen las plantas que hemos elegido y cuidado hasta
ver florecer... pero ese es el jardín exterior ¿Qué pasa con nuestro jardín
interior?
Muchos descuidamos el cultivo de flores,
texturas, colores y fragancias en nuestro interior. El tiempo anterior a este
esplendor que vivimos ahora, nos forzó a conducirnos por caminos áridos donde
toda la energía estaba puesta en alcanzar logros impuestos por la familia, la
sociedad, el sistema y dejamos por ahí olvidado algún sueño, algunos deseos y
quizás nuestras pasiones… Hay una gran lista de pasiones sacrificadas en pos
del trabajo y el ansia por escalar hacia lo que muchos llaman la cima…
Quizás debieras detenerte unos momentos y
reflexionar hacia donde te conducen tus pasos ¿Es lo que siempre soñaste?
¿Serás feliz logrando esas metas que te has impuesto? Y quizás las respuestas
que obtengas te ayuden a tomar decisiones importantes.
Crear un pequeño jardín interior en donde solo
florezcan tus mejores semillas puede ser una sanación para el alma porque te
permite poner a actuar tu creatividad, tu talento y te coloca justo en el
camino que conduce a alcanzar tus sueños…
Tú eliges con que flores llenar ese jardín y
puedes ponerle solo las flores y plantas que más te agraden. Ese jardín es tuyo
y no tienes que hacerlo a gusto de nadie más que no seas tu mismo. Ahí puedes
entrar cuando tú quieras y dejar entrar a quienes tú desees…
Ese jardín puede llamarse, escribir, realizar
algún hobby, cantar, bailar, ir al gimnasio, hacer algún deporte, tomar clases
de algo que te apasiona, salir de camping, pintar, meditar, hacer yoga, cocinar
o como tú quieras…
No importa que muchos te digan que la vida es esa monotonía que algunos llevan. Tú sabes que no eres un mero productor de este sistema. Eres un SER divino que mereces la felicidad y para ello se hace preciso mantener viva la conexión con el alma, con el corazón y con todo lo que te gusta… Ese es el jardín interior…
No importa que muchos te digan que la vida es esa monotonía que algunos llevan. Tú sabes que no eres un mero productor de este sistema. Eres un SER divino que mereces la felicidad y para ello se hace preciso mantener viva la conexión con el alma, con el corazón y con todo lo que te gusta… Ese es el jardín interior…
Recuerda ahora, cuando la Primavera nos invita a
renacer y cuando las energías del Universo nos exigen vibrar en altas
sintonías, poner las primeras semillas de tu jardín interior. Y si ya lo
tienes, quita las malezas, corta esas hojas viejas y abona la tierra para que
esas bellas flores que provienen de tu alma, de tu SER, y que se manifiestan como bellas inspiraciones, sean las que decoren y
aromaticen tus tardes de primavera interior… No lo descuides…
Si reenvias este texto, respeta el trabajo de la autora, no elimines ni cambies su nombre ni el texto. Cita la fuente correctamente. Se consciente de tu ética espiritual.
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