Este viernes la Luna acude
a su cita íntima con el Sol y lo hacen en el signo de Leo así que no pasarán
desapercibidos.
La energía leonina es
similar a la de la infancia: alegría, coraje, expresión, creatividad,
generosidad, brillo, autenticidad…
Ese niño que fuimos sigue
vivo dentro de nosotros y muchas veces se manifiesta, aunque no nos demos
cuenta, y nosotros lo reprimimos impidiendo el sano flujo de esa energía vital
que nos conecta directamente con nuestras emociones.
Se dice que podemos sanar “trancas”
en nosotros con solo retornar a la infancia y desatar ese nudo que nos impide
crecer y ser libres… pero de sanar hablaremos en un ritual posterior. Ahora nos
centraremos en conectar con nuestro niño, para ser conscientes de que habita en
nosotros y abrazarlo iniciando así una amistad que durará por el resto de
nuestras vidas.
Un niño interior saludable
es aquel que fluye a través de ti y te permite jugar, hacer cosas que los
adultos no hacen y hará de ti una persona alegre, confiada, segura de si y con
una buena dosis de autoestima. Por el contrario, un niño interior atormentado
te vuelve tímido, inseguro, acomplejado y bajo de energías…
En estos días de fin de
semana (desde el viernes hasta el domingo) crea un espacio de calma y
tranquilidad, con música suave de fondo. Enciende una vela amarilla y
recuéstate en un sillón, tu cama o la alfombra… y viaja…
Vuelve a ese tiempo, a esa
edad en que más feliz eras. Cuando jugabas divertido y la vida no presentaba para ti mayores obstáculos. Puedes
retornar a la edad que desees… Mírate desde lejos… reconócete… seguramente
llevas ese peinado que te gustaba y vestías tu ropa favorita… Acércate, saluda
a ese niño que eres tú mismo y convérsale… ponte a jugar con él y háblale como
te hubiese gustado que alguien te hablara en esos años… Vive ese encuentro con
alegría y no impidas el flujo natural de tus emociones… Si sientes ganas de
reír ríe… si quieres llorar hazlo… y disfruta cada segundo al lado de ese
pequeño que eres tú mismo…
No incluyas a nadie más en
este encuentro. Es una cita con tu niño interno y con nadie más. Es tu tiempo
para conectar con él…
Mirándote a ti mismo
mientras juegas, recuerda cuales eran tus sueños en esa época… tal vez son los
mismos que ahora… tal vez los has cumplido o quizás los olvidaste… Si te quedan
sueños pendientes proponte trabajar por ellos.
Pasado el tiempo que tú
estimes conveniente despídete de tu niño abrazándolo y acordando visitarlo
cuando desees… No debes olvidar que ese niño eres tú mismo, que es una parte de ti que creías muerta u olvidada… Ahora sabes que puedes volver a jugar y reír con él cada vez que se te antoje y para ello bastará con que cierres los ojos y te conectes con lo más puro de ti.
Regresa al tiempo real, a
tu espacio de calma y reflexiona sobre este encuentro ¿Te hace sentir mejor?
¿Fue importante para ti retornar a ese punto para cargarte de esa energía pura
e inocente de aquellos años? ¿Sientes deseos de repetir esos encuentros? Si
respondes un Si a todas esas preguntas no debes dejar de acudir a estas citas
periódicamente… Abrazar a tu niño, a esa parte tuya que dejaste atrás es
reconectar con la esencia, es recordar la tarea y recobrar nuestro verdadero
valor…
A todos mis queridos
lectores les deseo una maravillosa velada con este niño divino y que no lo
abandonen nunca…
Feliz Luna Nueva Leonina…
En Amor y Conciencia.
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