Soy fan de la lluvia… y como no si agua soy y al
agua voy…
Se que los aguaceros no gozan de mucha popularidad en
estos lares porque siempre veo a la gente correr por un paraguas o a guarecerse
del agua en vez de darle la bienvenida a este beso húmedo y azul que le envía
el cielo a la Tierra…
Yo corro hacia ella le brindo un saludo lleno de
gratitud al poder disfrutar de esta agua que viene a limpiar la ciudad, a regar
plantas y árboles y también a arrastrar con su fuerza la rutina en que nos
habíamos sumergido y obligarnos a estar más pendientes… más atentos, mas
conscientes…
Para mi un final de día ideal en invierno es
acomodarme en la cama, con un buen libro, mi Mac o una almohada suave y mullida
para reflexionar mi día… y cuando el día es lluvioso solo aspiro a quedarme
quieta en la cama escuchando el agua caer mientras mi mente retorna a la
infancia, recorriendo bellos momentos y desde el corazón brota a raudales la
felicidad… Ese es el efecto de la lluvia en mi… Nostalgias, infancia… los
brazos de mi abuela… sábanas de lino y el olor a miel y canela (melaza) de las
sopaipillas pasadas…
En Chile la lluvia es como nosotros: Extremista… Pasamos
de absolutas sequías a inundaciones totales… En el inconsciente colectivo de
los chilenos los aguaceros forman parte de nosotros, como los temblores, las erupciones
volcánicas, los bosques consumidos por el fuego, los tsunamis…
Somos lluvia… somos agua… somos lágrimas…
Y este año en que hemos vivido todas las
catástrofes naturales, llega ahora la lluvia trayéndonos tantas alegrías como
tristezas…
Quienes conocen este país tricontinental saben que
nuestra geografía está llena de variaciones y contrastes. Desierto en el norte,
preciosos valles en la zona central, y el sur húmedo, selvático y frío... entre
costas y montañas, entre volcanes y valles, entre ríos y salares, entre
alegrías y llantos…
Las construcciones nortinas son de materiales
livianos porque la sequedad y el calor de su clima desértico así lo exige… basta
una pequeña lluvia para que arrase con todo y ahora con este chaparrón muchos se
han quedado sin vivienda y sin sus cosas…
Por otra parte en la costa central, los dos puertos
principales han sufrido cuantiosas pérdidas… los más afectados son siempre los
más necesitados. Pescadores artesanales que perdieron su herramienta de trabajo
y familias que vieron destruirse sus casas…
La Capital también sufre porque las construcciones
no son a prueba de monzones… y este ya lo es…
Se dice extraoficialmente que este frente de mal
tiempo fue provocado por un huracán
tropical o un ciclón… lo cierto es que el norte está cubierto de barro, los
bordes costeros de playas de Viña han desaparecido y las olas que superaban los
7 metros destrozaron muchas embarcaciones… Ha habido mucha destrucción… pero,
en medio del dolor, seamos optimistas… cuando esto sucede ¿Qué viene después? …
la reconstrucción… y en eso estamos desde hace mucho. Reconstruyendo nuestras
vidas, reseteándonos y renaciendo...
Puede parecer egoísta, pero Chile necesitaba esta
limpieza profunda. Soltar algunas ideas, despojarse de energías negativas… y
sincrónicamente, en medio de la tormenta, se va un hombre que fue foco de odios
y rencores de muchos compatriotas: Manuel Contreras, jefe de la Dina y
colaborador cercano de Pinochet, fallece después de una larga enfermedad
otorgándole a Chile la oportunidad de cerrar un ciclo terrible y doloroso… y
por eso la lluvia… Esta agua que viene del cielo a lavar esas heridas en el
alma de tantos chilenos, el viento arrasa con muchas ideas, creencias, los
aludes se llevan lo estancado, y estos sucesos nos remecen a todos… El regalo
es solo uno: MAYOR CONSCIENCIA PARA CHILE.
Me han leído decir que lo que no nos atrevemos a
vivir, la vida nos obligará a hacerlo de algún modo y mientras más resistencia
oponemos, más doloroso puede ser… y aquí estamos todos en colectivo y de manera
personal también, encaminados hacia lo nuevo… Siempre aprendiendo… siempre
avanzando… y para eso primero nos despojamos de lo caduco, lo inservible, lo que
nos paraliza, nos estanca…
Después de la tormenta la calma llegará… pero
mientras tanto bendice la lluvia, ella limpia, aclara, purifica…
Por todo eso… Bendita la Lluvia…
En Amor y Conciencia.
Me® En Amor y Conciencia.
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