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martes, 2 de diciembre de 2014

Tiempo para la verdad…



Verdad es todo aquello que es fiel a su esencia…

Verdad es el cielo cuando es azul, cuando es gris, cuando está poblado de nubes y también cuando llueve… Siempre distinto pero siempre cielo…
Verdad es el mar cuando es calmo, cuando bravea, cuando se recoge, cuando se desborda y hasta cuando se transforma en tsunami no deja de ser el mar…

Verdad somos nosotros cuando nos atrevemos a SER y quitamos de nuestra naturaleza todas las máscaras que nos impone la sociedad. Verdad es darte permiso de vivir desde la esencia y dejar esa existencia que te obliga a vivir a través de la personalidad.

Y ha llegado este tiempo luminoso y verdadero… se respiran aires de autenticidad. Ya no hay tiempo para mentirle a los demás con sonrisas, con maquillajes, con tintes de pelo, con historias inventadas, con excusas por no llegar, con llevar una vida acorde al sistema, con múltiples vacíos que llenar… ni menos queda tiempo para mentirnos a nosotros mismos… Lo que somos, somos y ese es nuestro máximo capital… Al fin lo hemos comprendido.

Nacemos en absoluta verdad. Somos bellos, alegres, confiados, espontáneos, amorosos, curiosos, intrépidos… pero la vida, con su ya bastante desprestigiada educación, nos pone justo en el lado opuesto volviéndonos inseguros, tristes, resignados, desconfiados, falsos, fríos, temerosos y con todo eso, por supuesto que infelices… pero nos estamos quitando esas capas de mentiras, nos despojamos de eso que no somos y estamos en el proceso de reencontrarnos con nosotros… y eso vuelve estos días más especiales aún… llenos de maravillosas sorpresas que vamos descubriendo día a día en nosotros y en los demás…

A veces el encuentro con lo que somos en realidad resulta doloroso, pero es porque lo estamos viendo desde la perspectiva mundana que ha convertido a la humanidad en un enorme rompecabezas donde nosotros somos las piezas que deben encajar… nos han amoldado a como quieren y necesitan que seamos… y de eso nos empezamos a liberar…
Descubrir que somos una pieza que no encaja ni aquí ni allá puede resultar shockeante al principio, pero a poco andar descubrimos que es la mayor bendición que hemos recibido: Somos únicos, especiales, diferentes, alternativos, o como quiera etiquetarnos el sistema, simplemente porque nos hemos atrevido a vivir desde el corazón. Algo que para nosotros ha sido simplemente dejarnos fluir hoy la gente lo aprende en costosos seminarios de 5 días… Resulta increíble que hay que enseñar a muchos a conectar con la vibración cordial… Eso es porque se rindieron a la vibración de la mente para ser parte de esa manada humana que responde a los estímulos del sistema… Y ahora toca salir de ese rebaño complaciente para empezar a reconocerse y vivir desde la auténtica expresión de cada uno.

Ya no son importantes disfraces como los títulos, las modas, el exitismo, las religiones, las ideas y todo eso en lo que la gente se mete para esconder su verdadera naturaleza y llevar una vida “acorde”. Ahora vamos desnudos, sin disfraces de ningún tipo el Universo nos regala total armonía por atrevernos a SER…

Tenemos que ser capaces de detenernos en este espacio/tiempo para vivirlo a plenitud porque cuando se vive desde el corazón –o alma– volvemos a ser niños, nos reencontramos con nuestra naturaleza cándida y generosa… nos invaden deseos de cantar, jugar y compartir y nada nos preocupa porque confiamos en que somos sostenidos por este gran Padre/Madre Universo que nunca nos abandona…

Disfrutemos plenamente de este periodo de renacimiento, de reencuentro con nosotros… Juguemos, riamos a carcajadas, anclémonos en este eterno presente y vibremos desde el corazón… Seamos felices en este tiempo para la verdad…

En Amor y Conciencia.

 Me® 

 Si reenvías este texto, respeta el trabajo de la autora, no elimines ni cambies su nombre ni el texto. Cita la fuente correctamente. Se consciente de tu ética espiritual.

viernes, 28 de diciembre de 2012

Pozo de la abundancia 2013


Mi pozo de la Abundancia 2013

El 2013 ya está golpeando la puerta y antes de abrirla, preparemos nuestro pozo de la abundancia para que durante todo el año no nos falten la alegría, la salud, el amor ni el sustento material.

Lo primero que debes hacer es seleccionar una vasija, copón, o lavafrutas, de preferencia de un material transparente ya sea vidrio o cristal, y de forma ovalada o circular, un puñado de arroz, una taza de lentejas, 7 monedas doradas, una piedra de cuarzo verde o blanco, para simbolizar la salud, un corazón como símbolo del amor – si no lo tienes puedes dibujarlo, pintarlo y recortarlo – algunas semillas  de cualquier tipo, algunas ramas de canela, hojas de laurel y un círculo de papel donde escribirás 7 deseos que anhelas concretar durante el 2013.

Haz de este ritual una ofrenda al universo y por eso realízalo con mucha conciencia: Concentra toda tu energía en crear tu pozo de la abundancia porque desde el momento en que lo crees será la manifestación material de todos tus sueños.

Entre la tarde del 31 de diciembre, encuentra un espacio de tranquilidad y pon una música suave, que relaje el cuerpo, la mente, los sentidos y eleve el alma. Escribe en el círculo de papel los 7 deseos que quieres concretar este 2013, ponlo en el fondo del copón de vidrio. Luego arroja las 7 monedas haciéndolas tintinear, porque así llaman fortuna, mientras repites: “El dinero abunda en mi vida”. Ahora coloca las hojas de laurel repitiendo: ”El éxito llega a mi vida”… luego arrojas las lentejas repitiendo: “La abundancia reina en mi vida”, ahora el arroz como lluvia repitiendo: “La comida abunda en mi vida”. Puedes colocar el cuarzo mientras dices: “La Salud abunda en mi vida”, luego coloca el corazón y dices “El Amor abunda en mi vida”… Toma la fuente entre tus manos y mécela para que los elementos se mezclen. Termina tu pozo agregando las ramas de canela mientras repites: "La armonía reina en mi vida", y las gotas de miel repitiendo: "La dulzura envuelve mi vidal
*Yo agregué algunas caracolas porque me gustan y como decoración más que nada y puse unos stikers de carita feliz como símbolo de la alegría, pero no son indispensables.*

Quédate unos minutos junto a tu pozo de abundancia y entrégale tu energía para que manifieste rápida y claramente los 7 deseos solicitados.

Celebra tu noche de año nuevo con tu pozo de la abundancia sobre la mesa y luego ponlo sobre algún mueble o mesita y a la vista para que sea un recordatorio constante de que el Universo está trabajando en que todos tus deseos se cumplan…

A todos mis amigos les deseo un 2013 pleno de armonía, paz y abundancia


Me® 

 Si reenvias este texto, respeta el trabajo de la autora, no elimines ni cambies su nombre ni el texto. Cita la fuente correctamente. Se consciente de tu ética espiritual.

viernes, 23 de septiembre de 2011

Bienaventurados los Alegres…



Quizás la caracterísctica que más me atrae y con la que sintonizo en las personas es su alegría, pero no esa falsa o efímera alegría del chiste y la risotada, sino quienes parecen vivir en un estado de felicidad constante y podemos sentir las bellas vibraciones que emanan de su Ser…

Uno de los indicadores de que una persona ha alcanzado un alto nivel de conciencia es su serena alegría. Alguien que está contento con la vida que tiene, que da gracias continuamente y ha abandonado la queja solo puede estar viviendo bajo el ala de la abundancia y eso le genera alegría.

Una persona triste, amargada, descontenta con su vida no puede sintonizar con lo más elevado del Ser, por eso se mantiene vibrando en bajas tonalidades y hace de la queja y la rabia una constante que no le deja ver posibilidades de sanar su vida…

En mi adolescencia, me dijo una monjita –y ella a pesar de ser religiosa era una iluminada– que el indicador de una persona altamente espiritual era su alegría, pero una alegría real, que brote del corazón… no confundir con mantener siempre una sonrisa en el rostro… Años más tarde casi esas mismas palabras usó un maestro para definir a un ser “conectado” o espiritual… Y es que la alegría es la manifestación externa de la paz que habita en el corazón, del amor que llevas dentro, de la gratitud que sientes por el Universo, de la aceptación de los sucesos de tu vida, de la compasión que te une a todos los seres de la Creación, del respeto por ti mismo y por los demás…

Una persona alegre tiene apertura del corazón. Es capaz de aceptar a los demás, de tolerarlos, de comprenderlos. No necesita estar riendo todo el tiempo sino que valora el canto de los pajaros, la nieve de la montaña, el sol reflejado en la espuma de las olas, el llanto de un bebé… No pierde su capacidad de asombro y no la escucharemos quejarse ni molestar a otros.

Y es que la alegría te eleva… imposible que algo nos afecte o sentirnos mal cuando vibramos en gozo y júbilo…

A veces creemos que tenemos que sentarnos a mirar esas horribles películas de humor holiwodense en en donde el protagonista hace estúpidas payasadas con el único afán de hacernos reir, para encontrar alegría. Pero esa es precisamente la falsa alegría, esos momentos que te hacen evadir tu realidad… y nada más… Se acaba la película y se acaban las sonrisas…

Insisto en que sonrisas no son sinónimos de alegría. La sonrisa es una demostración externa que no necesariamente es el reflejo de algo interior… la alegría es un estado del ser y proviene de la conexión con el espíritu.
Una persona consciente de su luz interior no tiene motivos para estar triste o sentirse solo. Sabe que siempre está acompañado de su espíritu, que la abundancia del Universo brota a raudales de si mismo, que el Universo es su cómplice y siempre está conspirando a su favor… que confía en que todos los acontecimientos de la vida obedecen a decretos superiores que quizás no alcance a comprender, pero siempre serán para mayor desarrollo y crecimiento interior…

Y vale la pena integrar la alegría a nuestras vidas. Pero no una apariencia de contento, sino una alegría sincera, que nace del alma y que no necesita reir ni llorar para mostrarse… Una serena alegría de estar aquí y ahora vivenciando la maravilla de la existencia humana.

Y bueno… ya conocen la razón de mi alegría… ;)

Me® 

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miércoles, 16 de junio de 2010

La Fiebre Roja

Desde hace un tiempo los chilenos sufrimos una enfermedad endémica llamada “Fiebre Roja”. Sus primeros síntomas se sintieron en los últimos meses del pasado año cuando avizoramos las posibilidades de clasificar para el mundial… Debo confesar que nunca me ha gustado el fútbol así que hasta hoy me mantuve inmune a esta fiebre y miraba a todos los infectados con una mezcla de compasión por ser esclavos de una pasión tan fuerte y envidia porque los síntomas de esta peste son: Un entusiasmo desmedido, alegría incontrolable, infinitas esperanzas, grandes expectativas y confianza ilimitada… Así cualquiera quiere contagiarse.
Esta mañana la enfermedad hizo crisis y fui espectadora de cómo un pueblo era devorado por esta afección. Salí a las 8:30 de mi casa y las calles estaban desiertas, el metro silencioso y al llegar a la Estación Los Héroes vi que habían cambiado las imágenes de nuestros próceres por las fotos de todos los jugadores del equipo chileno. A mi personalidad saturnina le chocó un poco, pero luego lo tomé como una humorada. Cuando ya eran las 9 percibí que Chile podía estar ganando porque el señor del kiosco de diarios me saludó muy contento y él siempre está de gruñón. Me asombré al ver tan pocos autos circulando por la Avda. Manquehue y todos tan relajados como si fuese un día festivo.
Al poco rato los gritos y bocinazos hicieron patente el triunfo chileno. Encendí la tele porque quise disfrutar, al menos como espectadora de esta alegría y vi como una gran marea roja inundaba Santiago desde la Plaza de la Constitución, desde la Vega, desde Plaza de Armas, todos ingresando por las principales arterias hasta la Plaza Italia, lugar ícono de los festejos nacionales. La gente no estaba contenta sino que feliz. Algunos con sus caras pintadas con los colores patrios, otros con pelucas tricolores. Muchos agitando banderas, pero todos unidos en una misma alegría. Un abuelito bailaba con su nietecito, una pareja estaba afónica de tanto gritar. Otros sostenían una bandera gigantesca y la usaban de cama elástica y saltaban presos del júbilo que les causa esta fiebre… Todo era alegría y felicidad… Dí un pa
seo por los canales nacionales y nadie estaba triste. Ver a todos felices es contagioso y quise ser infectada por este virus.
Al mediodía, de regreso a mi hogar observé que, aunque más calmado continuaba el clima de alegría y en el metro todos los pasajeros intercambiamos miradas de complicidad… Al bajarme en Los Héroes volví a mirar las fotos de los jugadores de “La Roja” y que casi les hice
un saludillo de respeto. Han dado tanta alegría a un país todavía con resabios de duelo que la verdad es que si, son unos héroes nacionales…
Ahora que me dispongo a cerrar mi día quiero pasar un avisito: Si alguno de mis amigos tiene el virus de la Fiebre Roja, le ruego que venga a mi casa porque yo quiero contagiarme. Quiero ser una víctima más de esta terrible enfermedad…


Abrazos contagiosos mis amigos


Me®

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