Quedarse mudos, quietos y expectantes mirando como
la vida sucede a tu alrededor. Suave… armoniosa… sin prisas… en una eterna
perfección.
Cuando estás aquí, en este presente infinito y sientes
la comunión con todo tu SER es imposible abstraerse al milagro que está
ocurriendo justo aquí: La Vida…
Todo lo bello, sublime, mágico, inspirador y
luminoso ocurre en el silencio.
Allí, en medio del bullicio nunca pudo gestarse un
milagro…
Todo los actos sagrados provienen de la quietud del
SER… del silencioso rugir del cosmos… de las mudos ronquidos del Universo… de
la paz del alma.
La energía universal vibra en poderoso equilibrio…
Nada ni nadie puede romper la silente armonía de la Creación… la serenidad del
lago, la belleza de una flor, el vuelo gracioso de las aves, la danza de las
gotas de rocío al caer sobre las hojas de los árboles… el suave desplazamiento
de las nubes, la muda búsqueda de la luz de ese brote de semilla… el sigiloso
recorrido de las gotas de agua en deshielo desde la montaña… el sosegado caer
de hojas en otoño y el armónico esplendor primaveral… Es el acontecer de la
vida que ocurre en esos instantes eternos donde la única ausencia es el ruido…
Nosotros vivimos inmersos en la algarabía… La vida
nos pone tantos distractores para desatender nuestro interior… Estamos siempre
pendientes del móvil, de la radio, de la TV, de los eventos sociales, de los
deportes, de lo que sucede justo allá… afuera… Y no sabemos nada de lo que
ocurre aquí… ADENTRO… y así nos estamos privando de SER y CREAR…
Siempre podemos desconectar de los ruidos
exteriores y conectar con la paz interior… a veces basta con cerrar los ojos…
otras veces cuesta un poco más pero cuando tu poder creador te llama, el alma
encontrará la forma de acudir puntual a la cita… y es que nadie puede vivir por
mucho tiempo en desconexión…
El Alma llama, a veces con un susurro, otras con
voz fuerte e imperativa y puede llegar hasta a gritarnos cuando no somos
capaces de conectar con ella y esos gritos son desordenes nerviosos,
agresividad, enfermedades, depresión… porque el cuerpo y la mente enferman
cuando no logran conectar con el alma.
Por eso amigo lector, no desdeñes el silencio solo porque
los demás no les den cabida en sus vidas… Si sientes el deseo de unos minutos
de paz y quietud crea un espacio para estar así y no esperes que los gritos del
alma reclamando por TI te obliguen a un silencio quizás no tan grato…
Todos los días puedes conectar… y no es tan difícil,
solo cierra los ojos y vuelve a ser parte de esta silenciosa creación…
Me® Si reenvías este texto, respeta el trabajo de la autora, no elimines ni cambies su nombre ni el texto. Cita la fuente correctamente. Se consciente de tu ética espiritual.
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