Ya pasó… Hemos sobrevivido estoicamente este invierno 2012
que nos trajo la quietud y la calma necesarias para hacer ese sagrado silencio
que nos llevó hacia el viaje interior donde gestamos la semilla que ya está
floreciendo en nuestras almas.
Hemos resistido la acelerada frecuencia del tiempo, la
transformación del clima y los cambios físicos de acomodo a esta nueva
vibración individual y planetaria y,
podríamos decir, que estamos listos para vivir este gran parto de la Madre
Tierra… un proceso quizás doloroso, pero que nos traerá un hermoso bebé que
todos ayudaremos a dar a luz: La Nueva Tierra.
Fue justo durante este invierno cuando nos dimos cuenta de que
ya muchas cosas empezaban a carecer de sentido y nos reencontramos con el
verdadero valor de la existencia: Muchos
dejaron sus trabajos que ya no los satisfacían, otros vivieron crisis en las
relaciones de pareja, algunos se enfermaron, otros han vivido las pérdidas y no
pocos están deprimidos, pero todos… todos hemos sido transformados – con algo
de dolor – pero profundamente agradecidos por haber sido remecidos y
despertados.
Amado Invierno, ya hiciste tu trabajo y nos acompañaste
durante 3 meses, nos apapachaste con tardes tranquilas de profunda reflexión
con el infaltable tazón de chocolate junto al fuego, mientras afuera la lluvia
cantaba una dulce canción…
Nos dejas ahora viviendo esta aurora espiritual y cedes el
paso a tu nieta regalona - la primavera - la más alegre y festiva de la familia
de las estaciones.
Te esperaré nuevamente en junio – si sobrevivo – con el
tazón de chocolate y mi colección de mantras para que me acompañes y me regales
tu lluvia y el olor a tierra mojada.
¡Gracias Abuelo Invierno! Te honro y te bendigo por acompañarnos
durante este proceso de crecimiento en la tercera densidad.
Creo que por primera vez en mi vida te extrañaré…
Si reenvias este texto, respeta el trabajo de la autora, no elimines ni cambies su nombre ni el texto. Cita la fuente correctamente. Se consciente de tu ética espiritual.
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