Hablar de iluminación nos hace pensar en una vida llena de
ascetismo y en luchas por alcanzar objetivos supra humanos… y al ego le encanta
que lo veamos así porque eso pone trabas a nuestro esfuerzo por alcanzarla.
Iluminarse nos es otra cosa que hacer contacto con nuestra
luz interior. Encender esa chispa divina que habita en nosotros.
Alcanzar el estado de Iluminación
es aquello que nos hace recobrar ese estado natural con que nacemos y que nos
hacía tan felices y plenos cuando éramos niños ya que permanecíamos conectados
con ese algo superior que nos permitía sentirnos dueños del mundo y confiar
plenamente en que el Universo nos proveería de todo cuanto necesitáramos… El
crecimiento, la educación y la sociedad nos obligan a vernos como fragmentos
aislados y nos sentimos separados de todo cuanto nos rodea… Es ahí cuando el
miedo se apodera de nosotros y el ego hace un festín porque empieza a
controlarnos desde la mente: "No
hagas esto, no digas lo que piensas, mucho menos lo que sientes, no muestres
debilidad que quedas vulnerable ante los demás, etc." Todo se vuelve un deseo por agradar al resto y hacernos
un lugar para sentirnos incluidos en este mundo que a la vez nos parece
tan ajeno.
Ya hemos caminado mucho tiempo al lado del miedo mientras
el ego de frota las manos de gusto al sentirse triunfador una vez más… pero ya no…
esta vez podemos derrotarlo… y no vamos a pelear con Mr Ego, eso sería darle
demasiada importancia… simplemente ignoraremos sus comentarios y nos
permitiremos fluir… así, como cuando eramos niños y nada ni nadie impedía que
nos sintiéramos uno solo con el Universo y en esa conexión volver ser lo que somos e
iluminarnos con la luz del corazón…
Encontrémonos con nuestra verdadera naturaleza, esa que
trasciende la forma y la norma establecida, esa voz que nace desde el fondo del
alma. Iluminémos con nuestra propia luz interior y seamos capaces también de
iluminar a los demás…
Me®
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