Con frecuencia te intranquilizas por el
futuro, pensando que no estás al abrigo de accidentes, de enfermedades,
de la miseria. . . Pero, ¿por qué te envenenas la existencia imaginando
un futuro tenebroso? Ciertamente nunca se sabe lo que nos reserva el
porvenir, pero la mejor forma de evitar las desgracias que tememos,
consiste en intentar vivir el presente razonablemente.
El
futuro corresponderá ... a lo que estés construyendo ahora. Pues es
"el ahora " lo que cuenta. Así como el presente es una consecuencia, un
resultado del pasado, el futuro es una prolongación del presente. Todo
se sostiene; el pasado, el presente y el futuro no están separados. El
futuro se edificará sobre los cimientos que coloques ahora. Si estos
cimientos son de mala calidad, evidentemente vale más que no esperes un
futuro excepcional; pero si son buenos, es inútil intranquilizarse: con
estas raíces, tendrás este tronco, estas ramas y estos frutos.
El pasado ha pasado, pero ha traído al mundo el presente, que lleva las
raíces del futuro. Por consiguiente debes construir desde ahora tu
porvenir mejorando el presente. Para ello debes preguntarte cada día: "
Veamos, hoy, ¿qué he dicho, qué he hecho?" y si has obrado mal, si has
tenido malos sentimientos, malos pensamientos, tienes que saber que te
has puesto de parte de las fuerzas negras y que éstas van a destruir tu
futuro.
Si has vivido mal una jornada, intenta al menos, antes
de acostarte, detener sus efectos teniendo pensamientos positivos,
tomando las mejores decisiones para el día siguiente. Esos pensamientos
irán como abejas a limpiar y a repararlo todo durante la noche, con lo
cual abordaras el día siguiente en óptimas condiciones.
Omraam
M. Aivanhov
Me®
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