domingo, 26 de febrero de 2017

Gratitud...



Soy de naturaleza agradecida…

Desde siempre he tenido la inclinación a dar gracias… a los demás, a Dios, a la vida… En los últimos años mi foco de gratitud es el Universo… y no me canso de dar gracias siempre… Por el día soleado o por la lluvia… porque me siento vital o falta de energía; por poder estar sola o porque me visitan amigos o parientes… por estar alegre o melancólica… por mis logros y fracasos… Pero siempre doy gracias, porque es algo que me nace del alma.

Me siento un ser bendecido por la multitud de regalos que me envía constantemente el Universo. A muchos les parece excéntrico ya que no soy una millonaria famosa ni acudo a fiestas glamorosas… pero me siento mucho más rica y feliz que una persona con esas características ya que mi fortuna es inagotable.

Hoy quiero escribir de mi gratitud hacia ustedes: mis fieles lectores. Ustedes que están allá, al otro lado de la pantalla, pero a los que me siento muy unida porque conforman el alma de esta página.

Primero: Gratitud infinita por leerme… Por brindarme la confianza de abrir mis escritos y sintonizar con ellos… Me siento tan honrada…
Me costó mucho mostrar mis notas, pero creo que ya he superado la barrera del pudor porque cada vez me permito fluir más… Incluso ya no tengo tiempo para hacer trabajo de edición así que como salió, salió… y también debo agradecerles eso: Que me lean a pesar de mis faltas gramaticales y mis errores de sintaxis…
En realidad este blog no tendría sentido si ustedes no miraran mis escritos. Son ustedes, leales lectores, quienes ponen la calidez, esa bella energía que muchos dicen sentir en esta página y por ello ¡Gracias… Gracias… Gracias! Desde el alma…

Segundo. Gracias por hacerse parte de esta gran familia llamada “Sanando el alma” ya sea en el blog o redes sociales.
Es tan mágico poder vibrar en sintonía con tantas personas a quienes, en su mayoría, no conozco personalmente, pero que nos une un mismo caminar, una misma búsqueda… Venimos de un mismo lugar y nos dirigimos hacia donde mismo… en la ruta nos hemos separado pero ya nos encontraremos porque estoy segura que somos un gran grupo de almas que eligió reencarnar en este periodo para apoyarnos y retroalimentarnos a través de este medio…
No somos tan desconocidos… Tal vez en esta dimensión nunca nos hemos reunido, pero mi intuición me dice somos viejos compañeros de viaje… Mágico ¿No? Pero también real… y por eso ¡Gracias… Gracias… Gracias! De Corazón

Tercero, Infinitas gracias por comunicarme lo que sienten a través de este blog, por Facebook, Twitter o por correo. Por estar siempre atentos a mis escritos y reclamarlos cuando se distancian en continuidad… y sobre todo por la preocupación que manifestaron cuando me mantuve alejada del blog por todo un año.
De pronto falta la inspiración pero pienso en mis bellos lectores y surgen las palabras a raudales… así que debo aceptar, y agradecer también, que ustedes son mi fuente de inspiración diaria… me motivan a escribir porque siento que desde el otro lado de la pantalla necesitan ver aclarado algún aspecto… y por eso, por acompañarme e impulsarme a seguir tecleando ¡Gracias… Gracias… Gracias! Con toda mi alma.

Fue muy emotivo volver justo el día en que se iniciaba el año del Gallo de Fuego en el año nuevo chino y tener rápidamente 300.000 lecturas a esa nota en un solo día… Por supuesto que alcé los brazos al cielo y agradecí… Fue una clara señal de que debía seguir escribiendo porque mi duda era ¿Me dedico a ser granjera –que es otra cosa que me apasiona– o retomo la escritura? Y bueno… Creo que debo seguir con ambas cosas porque también nutro mi alma jardineando, reproduciendo mis especies de suculentas y con mi multitud de aves…

Y bueno, para continuar con mi labor de bloguera debía detenerme en este acto de Gratitud pendiente… y nada mejor que hacerlo en esta tarde post eclipse…

En Gratitud, Alegría, Amor y Conciencia…

¡Gracias… Gracias… Gracias!

Me® 

 Si reenvías este texto, respeta el trabajo de la autora, no elimines ni cambies su nombre ni el texto. Cita la fuente correctamente. Se consciente de tu ética espiritual.

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