Comentaba en la última
parte de mi nota Gran Batido Cósmico, que la vida nos ha pedido reunir todo el
coraje del que somos capaces para esta etapa final del centrifugado ya que
seríamos tan fuertemente agitados con el fin de soltar toda partícula ajena a
nosotros… y la vida nos ha agitado tan intensamente que a mi, en lo personal,
casi me fractura.
Todas las personas que
conozco han sufrido pérdidas ya sea de trabajo, de relaciones y afectos y
también por la partida de quienes aman. Estamos bajo la gran lupa del Universo
que nos exige vibrar en tonalidades más altas y eso ha provocado la conmoción
que vivimos por estos días…
Mayo ha sido el primer mes
de la triada de meses maestros en este año de pruebas. Si el trabajo que
realizas no está en resonancia con el Universo lo perderás, o si tu pareja ya
no vibra en sintonía contigo uno de los dos se alejará y las personas que ya no
sintonizan con tus ritmos también se irán quedando en el camino… Estamos todos
renaciendo en este periodo y –aunque tenemos una idea muy romántica de ello–
los nacimientos suelen ser dolorosos porque el bebé sufre aprendiendo a
conectar con la tridimensionalidad… y quizás cuando naces hacia la otra
dimensión también hay un proceso de sufrimiento desapegándote de todo lo que te
mantenía unido a la Tierra…
En la mitad del mes tuve
mi gran prueba de desapego debiendo dejar partir a uno de los afectos más puros
que la vida me regaló: Mi hermano menor… a los pocos días, desde Colombia, las
hijas de una querida amiga me avisan que Sara se alejó dulcemente de este mundo
mientras dormía… a la mañana siguiente, mientras era contenida por mi amiga Sol
en mis desahogos de duelo, ella recibe una llamada avisándole que su amiga de
infancia y también madre de los amigos de sus hijos, ha fallecido inesperadamente…
y en esa misma semana parte el esposo de una prima… y así… La vida se está valiendo
de la separación de los afectos para remecernos, para sacarnos de nuestro sitio
de confort, para despertarnos… para crear conciencia.
La intensidad abrileña era
solo el preámbulo de lo que venía… Había que ponerse al ritmo de toda esta
actividad emocional y si antes podíamos expresarnos desde la teoría, ahora lo
hacemos desde la experiencia.
Muchos no quieren moverse
de sus espacios de comodidad porque creen que así se mantendrán a salvo… pero
de las pruebas de estos meses maestros nadie escapa y donde sea que nos pille nos harán vivir la vertiginosa experiencia de despertar. Porque nadie despierta
envuelto en suaves y delicadas sabanas de seda mientras oye dulces canciones…
Despertamos remecidos por los tonos violentos y vibrantes del despertador. Y
cuando se trata de despertar las conciencias dormidas somos remecidos por los
fuertes acontecimientos de la vida. No despertamos en medio de la rutina sino
que sucesos inesperados nos dejan ubicados en el lado opuesto de donde
estábamos.
Mi recomendación es
practicar en lo nuevo. Salirse de lo cotidiano y repetitivo. Frecuentar nuevos lugares,
conocer personas, realizar cosas que siempre hemos soñado y nunca nos
atrevemos. Despertarnos cada día listos para vivir una aventura, porque en realidad
es eso la vida… y lo más importante: desapegarnos de esa idea que la mayoría
tenemos de que la vida es estable, segura y predecible… porque la realidad nos
revela a cada instante que eso es tan solo una ilusión. La vida es una odisea y
enfrentarla así nos prepara para crecer.
Y pronto, cuando llegue
junio, sentiremos que la vivido no era nada… pero mientras queda seguir
resistiendo este vértigo mayero.
* mayero: relativo al mes de mayo.
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