Siempre me ha gustado esa
frase tana que representa el placer del relajo total. De hecho su traducción
literal es: El dulce hacer nada.
Nosotros perdimos la
capacidad de descansar entregados al placer de no hacer nada y ese no hacer implica hacer nada, pero nada de nada, incluso dejar de pensar en cosas que
haremos después.
Nuestra formación en todas
las áreas, nos impulsa desde pequeños al hacer… y no se que edad tenía yo, unos
3 ó 4 años calculo, porque a lo 5 ya iba al colegio, cuando mi abuela me pasaba
el plumero diciéndome: “para que hagas algo productivo”… y esa es la fuerza de
esta sociedad “convertirnos en seres productivos” y es tan mal mirado el relajo
que incluso las vacaciones son usadas para ponernos al día en los más diversos
temas, como hacer esos tramites o visitas pendientes, leer los libros que
tenemos acumulados en la mesita de noche, ordenar el closet, remodelar la casa,
etc.
Nuestra naturaleza esencial se
impulsa al no hacer porque sabe que ha venido a ser y estar, pero
no a hacer, menos a tener… como en el concepto filosófico taoísta
del Wu wei, en donde wu significa nada y wei hacer; y habla de no
esforzarse en el hacer, sino que permitir el fluir de los acontecimientos… pero
al ego le encanta todo lo que sea hacer, producir, obtener porque eso le trae
reconocimiento, prestigio, fama, dinero, y la ilusión de seguridad.
A pesar de lo que la
mayoría cree, cuesta mucho “no hacer” porque parece que estamos programados
para estar siempre haciendo o pensando en hacer algo. Si estamos en la cola del
banco aprovechamos de hacer algunas llamadas o anotaciones en la agenda. He
sabido de algunas personas que revisan sus correos en la mañana mientras están
sentados en el baño… Los días libres se usan para ir a la peluquería, hacer
compras, invitar amigos a la casa y… ya no queda espacio para el disfrute.
Me crie entre una madre
Virgo, una abuela Luna capricorniana y mi propia capri-luna en donde el “deber”
y “cumplir” eran lo primero… me ha costado mucho aprender este dulce no hacer
nada… sobre todo eliminar la culpa por tumbarme en el patio de la casa solo a
escuchar la serenata que me brindan los pajaritos y sentir el aroma de la lavanda
y el jazmín… pero ahora no puedo vivir sin hacerme un espacio cada día para no
hacer. En el invierno me quedo en la terraza solo mirando la lluvia,
sintiéndola… y nada me hace más feliz… y pueden pasar largos minutos sin que yo
pueda escapar del hechizo de la lluvia, como cuando era niña y mi abuela me
metía a la cama para que no me escapara a ser una con la lluvia…
Cuesta, cuesta mucho
entregarse a ser y dejar que todo fluya. Eso equivale a soltar el control de
nuestras vidas y el ego controla a través del control.
Disfrutar cada instante presente
es la mejor meditación que podemos hacer:
Les dejo la invitación a
todos mis amables lectores para que se entreguen solo unos minutos al día al
dolce far niente. Serán los minutos más productivos de sus vidas.
Recuerden que el Universo
nos ama y nos contiene…
Me®
7 comentarios:
Yo solo te diré que me costó aprender esto del dulce hacer nada, pero una vez que lo integré a mi vida me he dedicado a hacerlo por los años que me quedan por vivir.
Disfruto a concho mis dias y el deber solo hago lo justo.
Felicidades por tan bello blog.
Maurice
Adorable Mercita, yo también practico il dolce far niente en mi vida y soy muy feliz con no hacer nada, pero miente.
Mis niños están todos grandes, recibidos y con familia así que con mi viejo y nuestros perros nos entregamos al palcer de disfrutar cada día. Es mágico.
Soy Estela de Santa Cruz, te llame el año pasado y le hiciste la carta a ni nieto Joaquín ¿te acuerdas?
Besitos Mer, siempre te hago propaganda porque eres una brujita especial.
esta re bueno . tirarse en una hamaca al sol o bajo un arbol y hacer NADA
Estela, claro que te recuerdo con mucho cariño y gracias por recomendarme... Eres Tauro y sabes de disfrute... Sigue gozando la vida y chocheando a tus nietos.
Un abrazo.
Amelia... la hamaca es una invitación al dolce far niente... espero que todos la acepten.
Un abrazo y mucho cariño.
Bello, bello...
Así quiero vivir yo, en una hamaca y frente al mar.
Me deleito con cada una de tus notas Mercita.
Gracias por este tiempo y dedicación que nos regalas a todos para ser mejor.
Tú eres de esos seres que inspiran a los demás y eso no tiene precio.
Besos mi querida Mercita y espero conocerte personalmente ya que te siento una energía muy afín con la mía.
Veba
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