Los
seres humanos hemos olvidado nuestra dignidad nuestro verdadero valor.
Para sentirnos valiosos ante los
demás nos rodeamos de objetos validados por la sociedad y nos sentimos importantes
porque viajamos en un coche ultimo modelo o porque compramos en tiendas
especiales, cosas de marcas especiales y que usan personas especiales, que
saben y hablan de cosas especiales, que comen cosas especiales y frecuentan
lugares especiales.
Estamos
tan ocupados en coleccionar cosas que luego exhibiremos ante los demás porque
nos sentimos pequeñitos, insignificantes… Algunos coleccionan objetos antiguos
como estampillas, monedas, libros. Otros coleccionan carros para pasearse con
los amigos, las mujeres coleccionan ropas y maquillajes, los niños coleccionan
juguetes, los intelectuales coleccionan conocimientos, los materialistas
riquezas, los románticos poemas y canciones, los filósofos ideas… -Y yo no me
quedo fuera porque colecciono caracolas
y piedras- y así vamos todos por la
vida coleccionando objetos cuando en realidad lo único que deberíamos hacer es
coleccionar experiencias porque a eso hemos venido y se llama “vivir”.
Llegará
el momento en que tengamos que partir y nuestras colecciones quedarán ahí a
merced de la vida, mientras nosotros habremos perdido una energía y un tiempo preciosos negándonos la oportunidad de experimentar lo maravillosa que es la vida por estar tan ocupados reuniendo objetos.
Nuestra
mente también se empeña en coleccionar recuerdos, memorias de tiempos perdidos y muchas veces llenamos nuestro cerebro de
cosas inservibles… Tenemos la cabeza llena de conocimientos que creemos que
alguna vez vamos a necesitar y por eso no los desechamos así como los cajones
del garaje atiborrado de objetos de desuso que no soltamos porque pensamos que en algún momento podemos requerir de ellos...
Para
dejar de ser cosistas* tenemos que volvernos libres… Libres de la opinión de
los demás… libres de esos prejuicios que también hemos coleccionado y sobre
todo amarnos a nosotros porque si nos llenamos de amor no necesitaremos
objetos, ni recuerdos, ni conocimientos para validarnos sino que seremos conscientes
de que somos seres valiosos por el solo hecho de existir y habernos encarnado en
este planeta para vivenciar esta gran aventura que es aprender…
Somos
creaturas divinas y ese es nuestro gran valor.
*cosistas:
coleccionistas de cosas.
Si reenvias este texto, respeta el trabajo de la autora, no elimines ni cambies su nombre ni el texto. Cita la fuente correctamente. Se consciente de tu ética espiritual.
3 comentarios:
Se que es una entrada antigua, pero me parece maravillosa. Felicidades ¡
Felicidades para ti también Drach y gracias por comentar...
Me encantó, es maravilloso lo que publicas. Felicidades.
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