Quien no ha sentido alguna
vez el enorme deseo de detener el mundo para bajarse y tomar una pausa..?
seguir viviendo al propio ritmo interior y sobre todo para alejarnos de esa
realidad que –conscientemente o no– hemos creado para nosotros
De pronto es sano y
necesario salirnos de la vorágine vital. Tomar distancia de todo el acontecer
cotidiano para poder mirarnos… porque en medio de toda la acción en que nos sumergimos
diariamente perdemos la capacidad de mirarnos con objetividad.
Nos pasa como cuando vemos
una película o novela y nos cuesta comprender como ella, la protagonista, no se
da cuenta de que el malo de su historia es justamente su marido, o su hermana…
o su hija… o como el actor principal no es capaz de sentir que el asesino está
justo detrás de él dispuesto a matarlo… O como la que todos creen la ‘mala’ de
la historia es un hada buena y protectora… Poner distancia nos permite salir
del escenario, bajarnos a la platea y mirar esa obra que es nuestra vida como
en una secuencia de imágenes y no solo descubrir a héroes y villanos sino que
aclararnos en cuanto a lo que llevamos avanzado y hacia donde nos dirigimos…
Y por eso me permití esta
pausa. Tomé distancia de todo, incluso de mi casa y parientes… de mi amado blog
y amistades en redes sociales… Me dediqué a observar desde lejos esa secuencia de
sentimientos y hechos; de aciertos y errores, de luces y sombras, de penas y
alegrías, de crecimiento y estancamiento, que llenan mi vida… Hacía rato que, mi
cuerpo, mi mente y mi alma lo pedía… y el corazón lo suplicaba…
Quienes caminamos por la
senda del espíritu sabemos que en la superficie nada importante encontraremos.
Hay que llegar hasta el fondo para conocer lo que de verdad necesitamos y tener
claridad respecto a quienes somos y hacia donde vamos.
Nos hemos vuelto tan monos
(justo cuando dejamos el año del mono) y solemos hacer o imitar lo que los
demás hacen y es así que terminamos dejándonos llevar por el resto y perdemos
nuestra brújula… y para recuperarla hace bien retirarse.
Una vida prefabricada no
va con nosotros… Hacer lo que todos hacen… llevar una vida de autómata en esta
sociedad y cumplir con los mandatos de otros para vestirnos, comprar, vivir,
pasear o divertirnos no esta en nuestro target… no vinimos a cumplir las
expectativas de los demás…
La senda espiritual
requiere libertad… autenticidad… escucharse constantemente, pero vivimos tan
sumergidos en la agitada cotidianeidad que dejamos de oírnos por el constante
ruido exterior con que nos llena el sistema… y por eso es bueno alejarse… dejar
el ruido… abandonar la rutina para conocernos mas y mirar así, un poco de lejos
lo que es nuestra vida…
Así, mirada desde la
distancia mi vida resulta un poco latera (aburrida) porque ya no corro detrás
de éxitos ni me vendo para pertenecer a una elite… pero cuando has elegido
vivir desde el alma y no a través de tu ego, deja de importarte la opinión de
los demás… Recuperas tu poder interior porque empiezas a vivir desde el corazón…
Te conectas…
Tomar distancia me ha
permitido un mayor conocimiento de mi misma, de los demás y sobre todo
clarificar mis objetivos. Ya tengo claro lo que quiero y hacia allá me dirijo.
Gané una experiencia
maravillosa… me reencontré conmigo misma… Retomé mi camino porque entre tanta
distracción de pronto terminaba andando por otras sendas ajenas a lo mío, me
separaba de mis sueños… me perdía.
Y aquí estoy… Más crecida,
mas contenta, mas centrada… Desde la distancia pude verme como lo que realmente
soy: Un alma viajera, que solo está de paso por aquí y que no quiere perderse
nada… Este viaje llamado vida es maravilloso y detenerse en banalidades le
resta placer y felicidad… Este tiempo me ayudo a tomar una firme decisión: He
decidido SER FELIZ… porque se que ese es mi destino…
Gracias a todos mis
amables lectores que me escribieron preguntándome las razones de mi alejamiento…
Les llevo siempre en mi corazón…
Gracias por leerme y darle
sentido a este blog.
En Alegría, Amor y
Conciencia.
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