domingo, 13 de abril de 2014

El Agitado Fuego Ariano



Puede parecer fácil sentarse a escribir sobre lo que sucede en mi país sin estarlo viviendo, pero no lo es… Me duelen los dolores de mi patria y empatizo con cada ser del Planeta, sobre todo si están sufriendo.

10.000 personas evacuadas de sus casas, 12 muertos y más de 50 hogares afectados… claro que puede resultar fácil estar sentada aquí y no haber perdido mi hogar, algún amigo o familiar y ver mis cosas incineradas en solo minutos… pero no lo es…

Otra vez Chile bajo el fuego purificador. Mientras en el Norte Grande aún no se reponen de los estragos del terremoto, la zona central es agitada por los fuegos arianos, que en compañía de Urano se vuelven muy inquietos, impredecibles, acelerados y… sanadores… Porque  nuevamente la Tierra está despertando al pueblo chileno para recordarle su destino de curadores de este planeta. Pero antes debemos sanarnos nosotros en forma colectiva y también individual…

Y este fuego, aunque parezca dañino, nos purifica porque actúa en la conciencia de cada uno para despertar la compasión. Nos recuerda que SOMOS UNO y nos retorna a la unidad porque la verdad es que jamás hubo separación, eso solo fue una creación el Ego.
En estos momentos todos los chilenos vibramos en un solo sentir y se han formado grupos de oración para enviar luz, amor y serenidad a nuestros amigos porteños.

También enviemos luz al planeta... ayudemos a sanar a Gaia y en estos días de profunda reflexión mantengámonos unidos en un solo pensamiento y una sola oración envolviendo a la tierra en un manto verde sanador e invoquemos las energías del AA Rafael para que actúe como medicina entre todos los seres del mundo especialmente de los chilenos afectados por estos rayos despertadores.

Compasión… Gratitud… y mucho amor para nuestra Pachamama y todos sus hijos.

Si quieres ayudar contáctate con la Cruz Roja Chilena  o vía Twitter.

Juntos podemos...

Sanando... Amando y despertando...

Me® 

 Si reenvias este texto, respeta el trabajo de la autora, no elimines ni cambies su nombre ni el texto. Cita la fuente correctamente. Se consciente de tu ética espiritual.

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