Las energías nos tienen a
todos medio divididos… un poco aquí y otro allá. Algo despiertos y a ratos
dormidos. La energía vieja lucha y patalea por quedarse mientras la nueva
energía se apodera de este tiempo luminoso.
La limpieza se hace cada
vez más profunda y para algunos dolorosa. El cielo trabaja en total armonía con
los procesos que vivimos y Plutón ha reiniciado su ruta directa para continuar
removiendo esas capas de ego que aún tenemos incrustadas en el alma. Mercurio
retrocede para darnos espacio de revisar nuestras acciones. La Primavera ha
abierto su enorme portal hacia el corazón y nos replanteamos los afectos y este
mes trae dos eclipses, uno lunar para trabajar con nuestras emociones y
en la forma de relacionarnos y el otro solar para conocer nuestra identidad y acercarnos
así a lo esencial y puro que hay en nosotros…
El Cielo nos exige despertar ya,
porque no es un tiempo para seguir durmiendo, la energía luminosa es tan
potente que obliga a abrir los ojos y darnos cuenta…
Nuestro cerebro recibe
cada vez más luz recalibrándose. Su polaridad derecha se vuelve más fuerte cada
día mientras va debilitando a su opuesto. El lado derecho se alimenta de la energía cordial
–corazón– y es el motivo por el que muchos se sienten un tanto perdidos. Las
soluciones racionales ya no son aplicables en la nueva energía y cruzamos este
umbral hacia una Luminosidad mayor... Estamos ascendiendo.
Esperamos mucho tiempo
para llegar a este momento. El alma siempre sabe y ella nos decía
constantemente que tuviéramos paciencia, que las cosas cambiarían y que el
algún momento podríamos empezar la construcción del Cielo en la Tierra… y el momento
ha llegado.
Recuerdo cuando era niña,
en el catecismo me enseñaban que algún día Jesús retornaría a la Tierra y esto
se convertiría en un Cielo donde reinaría el amor y todos trabajaríamos unidos.
A medida que crecía e iba conociendo a la raza humana esto se me hacía más y
más difícil… hasta hoy, con otra percepción de las cosas –quizás en otro nivel
de conciencia– puedo llegar a comprender que el retorno de Jesús es el
despertar del Cristo dentro de mi y aprender a manifestarlo es elevar la
vibración hacia lo más alto lo que será realmente vivir en el Cielo…
Este Cielo lo construimos
todos y no es fabricando espacios físicos sino elevando la conciencia hasta que
alcance el nivel celestial… Cuando soltemos esas cargas que nos impiden
elevarnos seremos tan livianos que podremos volar –y no es metáfora– porque
hemos nacido para elevarnos por sobre nuestra condición humana y subir tan
arriba como nuestra conciencia nos lleve.
Son muchos los regalos que
nos trae el décimo mes del año y ya nadie puede resistirse al cambio y se dejan
arrastrar por esta gran ola luminosa.
Realmente somos seres
privilegiados de estar aquí vivenciando esta maravillosa entrada hacia la luz.
Conectemos con todas las bendiciones que nos llegan desde el Cielo. Elevemos
los brazos y el rostro hacia la luz diciendo todas las veces que lo necesitemos
¡Gracias! Porque esto es solo la entrada
a los Reinos de la Luz… nos esperan maravillosos paseos celestiales vibrando en
tonalidades muy superiores aún…
Bienvenidos al Cielo… porque
eso es la ascensión octubresca…
En Amor y Consciencia…
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