Finalizamos el periodo escorpiano –cuando
el Sol nos ilumina desde el signo de Escorpio– y los invito a reflexionar acerca
de cómo ha sido esta etapa donde tuvimos como tarea la transformación profunda.
Escorpio goza de mala prensa –ganada a
pulso– y es una energía tan intensa que es difícil de ignorar cuando
atravesamos por su oscuro túnel –23 de octubre al 22 de noviembre– ya que nos
sentimos impulsados a renovarnos, arrastrados por una fuerza poderosa que nos
llama a renacer… pero antes, para poder nacer, debemos morir, así como la
semilla muere, inmolándose para darle paso a la flor…
¿Quién de ustedes, queridos lectores, se ha atrevido a morir?
Sospecho que muy pocos, porque dejarse
morir implica rendirse, entregarse a la vida –Sí, a la vida– para que ella haga
su labor con nosotros…
Morir es una entrega como la que hace el
día cuando muere para dar paso a la noche que también en su momento se rinde
para dar paso a la luz del amanecer…
Solemos ver la muerte como un paso final
y realmente es un paso para ir hacia otra etapa que nos anuncia que no podemos
seguir en el mismo lugar porque ya hemos crecido lo suficiente y debemos
mudarnos a otro sitio.
Cuando llega Escorpio, en el último
tercio de octubre, sabemos que tenemos que morir un poco para poder renacer
como el ave fénix…
Sí, yo se que hablar de muerte y esas
cosas a muchos les produce temblores y hasta urticarias, pero no es tan malo
morir… sobre todo cuando estamos escuchando ya el galope del centauro avisándonos
que vienen días mejores en que cabalgaremos por verdes praderas, pastaremos
junto a un río cristalino y reiremos a carcajadas con las ocurrencias
jupiterianas… pero había que pasar primero por la transformación plutoniana… y
aquí estamos todos… hemos muerto, pero para renacer a la vida, pero con una
visión diferente, como la que nos trae
el sabio centauro.
Cuando el Sol prepara el equipaje para
mudarse de Escorpio a Sagitario es bueno detenerse unos momentos para revisar
nuestro avance por las energías escorpianas y preguntarnos: ¿Qué hemos dejado
atrás? ¿Qué aspectos de nuestras vidas estamos
dejando morir? ¿En qué áreas nos estamos transformando? Y ¿Estamos listos para
un renacer? Porque Escorpio, signo de los extremos, sabe que después de la
muerte viene la vida…
No hay de que preocuparse si hemos hecho
la tarea y “hemos muerto” y dejado atrás etapas y cerrado algunos ciclos. Si
no, quedaremos con ese pendiente para cuando el Sol pase por el grado de
Capricornio en que se encuentra Plutón…
Vamos! Mejora esa cara porque mañana 22
de noviembre el aire se contagia de optimismo ya que abandonaremos el
inframundo para recorrer verdes praderas montados sobre el Centauro jupiteriano
que siempre trae buenas noticias y nos llena de confianza y fe… y sentiremos
que valió la pena dejarnos morir… claro que sí…
En Amor y Conciencia.
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