Dicen que ver con claridad
es abrir mucho los ojos y otro tanto la mente… yo opino que principalmente hay
que abrir el corazón para poder “sentir” las emanaciones de lo que es verdadero,
corriendo el velo de lo ilusorio, que ha cubierto al planeta por siglos.
Estos tiempos son de una
lucidez casi total… difícil engañarse porque si nuestros ojos nos confunden, el
corazón grita “danger, danger…” y son muchos –cada día más– los que han
aprendido a escuchar al corazón.
El concepto de manada está en extinción, somos ovejas que han salido del redil porque aprendieron a pensar
por si mismas y abandonamos la “mente colectiva” en donde algunos piensan y el
resto se deja llevar por esas ideas sin rebatirlas… y entre acciones
manipuladas para hacerte creer ciertas cosas, entre publicidad que te dice que,
como y donde vivir, comprar, comer, vestir, viajar, etc. y tanto cine
jolibudense que fomenta la separación y promueve la inflación del ego, nos
hemos escurrido por un costado de la masa uniforme siendo guiados por los
susurros del alma… y así avanzamos hacia la claridad…
De pronto nos enteramos
que hemos sido victimas de grandes manipulaciones… Así como cuando niños nos
asustaban con el viejo de la bolsa, con la gitana roba niños, o con el cuco
(coco) para lograr lo que se esperaba de nosotros, así mismo los que se creen
poderosos en el planeta, manipulan las acciones y la información que nos
transmiten solo para mantenernos bajo control. Así, tal cual, como en las
películas se ha creado el bando de “los buenos” y “los malos”… Los buenos son
todos los que piensan como yo y viven de acuerdo a esos pensamientos (o simulan
hacerlo) y malos son los que piensan y actúan diferente… Ese es el paradigma en
que hemos estado viviendo por mucho tiempo.
A comienzos de este siglo,
cuando derribaron las torres gemelas dejando al descubierto una oscura
planificación para mantener a la población mundial “de un lado” sembrando
miedo, horror y desamparo… muchos sentimos dolor y vergüenza… Fue el inicio del
gran despertar colectivo de ese american dream en que vivíamos… Hoy muy pocos se creen esta masquerade y
otras tantas que han salido, están saliendo y saldrán a la luz…
Cuando conocimos la
noticia de los atentados en Paris, rápidamente las redes sociales empatizaron
con el país galo, “todos eran Paris” y elevaron sus “Prays for Paris”
enarbolando la bandera francesa en sus perfiles, quizás desconociendo que ese
ataque a la ciudad luz fue la respuesta Siria a los numerosos ataques galos…
No justifico la violencia.
No estoy a favor de la guerra. Eso si, me asombra y me duele profundamente ver
como este mundo se horroriza y llora por la muerte de un francés y no es capaz
de inmutarse por la muerte de un niño sirio… ¿Qué diferencia a estos dos seres
humanos? ¿Es porque pensar distinto lo convierte en un enemigo?
Muchas veces hemos
conversado aquí mismo en este blog respecto a que lo que sucede afuera no es
más que el mero reflejo de lo que pasa dentro de nosotros… ¿Con quien estoy en
guerra? ¿A quién estoy bombardeando? ¿Cuántos ataques diarios envío a mis
semejantes? Porque la guerra no es afuera… Todo siempre es adentro.
La Paz comienza dentro de
mi… Y desde ahí proyecto.
Nos ha tocado vivir y
sintonizar con esta barbarie porque aún estamos aprendiendo a vivir en paz…
Somos meros aprendices y algunos pésimos discípulos porque le entregan la
responsabilidad de sembrar y velar por la paz a los demás…
He recibido muchas
invitaciones a rezar, hacer tiempos de silencio, meditar y orar por las
pérdidas en Francia y me parece válido. Pero no soy muy dada a las
performances. Soy partidaria del trabajo consciente, por lo que quiero invitar
a todos mis queridos, y siempre leales, lectores a que cada día, durante toda
nuestra vida terrena nos tomemos un tiempo de reflexión cuando estemos prontos
a lanzar un misil verbal a la pareja, el vecino, el compañero de trabajo, la
empleada… A practicar la aceptación y tolerancia cuando no nos dejen avanzar
con el carro, cuando nos tengan horas esperando en la consulta del dentista,
cuando alguien nos adelante en la cola del supermercado…
Y cuando son los demás
quienes nos envían misiles ¿Los devolvemos? O nos paramos un instante en el
lugar del otro para comprender las motivaciones que tiene para hacernos blanco
de su odio?
La paz se construye
segundo a segundo, cada día, en toda circunstancia, con todas las personas y
conmigo mismo… Es cierto, todos somos Francia, y también todos somos Siria y somos todos hijos de este Universo…
Sin importar en que
latitud del planeta vivamos, el color de la piel y las ideas, las creencias,
costumbres, gustos y edades, somos todos seres espirituales compartiendo esta
experiencia humana y juntos avanzamos, ahora más que nunca, hacia la Luz…
El velo ilusorio se ha
descorrido y el que tenga ojos que vea…
En Amor y Conciencia.
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