Nooo… no se dejen llevar
por las apariencias. Que sea un mes más dulzón no significa que se acabó el
vértigo y la acción… seguimos despertando, creciendo, avanzando, recalibrando y ascendiendo... pero ahora con un poco de relajo.
La agitación del lavado y
centrifugado cesó y nos encontramos en pleno proceso de secado
aprovechando el calor de tanta luminosidad. Estamos ahora justo así: Tendidos
al sol, con la mirada puesta en el cielo esperando respuestas a todas esas
interrogantes que nos han surgido en medio de este torbellino de cambios que seguimos
viviendo.
Para muchos estos últimos
20 meses han sido lo más parecido a estar en el centro de un tornado… hemos dado
tantas vueltas por los aires y al poner los pies en tierra descubrimos que todo
ha cambiado… todo se ha movido y removido de manera tan vertiginosa… nosotros
también.
Parece que hubiésemos
vivido varias vidas en una por el cúmulo de sucesos que tuvimos que afrontar…
el lavado no solo fue energético, también fue kármico y tuvimos la oportunidad
de sanarnos de muchas heridas creadas en pasados remotos. Quedamos como nuevos,
recalibrados y con nuestro poder intacto para recomenzar en esta nueva senda
del camino evolutivo.
Y en medio de la tormenta llega
noviembre trayéndonos el regalo de la calma… un espacio para detenernos a
revisar todos los sucesos de este último tiempo. Tiempo para asimilar,
comprender, aprehender… y por eso miramos al cielo buscando confirmaciones…
queremos respuestas y éstas que empiezan a llegar claramente ahora. Porque solo
cuando el discípulo está preparado aparecen los maestros…
Como siempre somos asistidos
desde la Luz y los planetas nos guían en este caminar. La entrada de Marte en
Capricornio pone dirección y determinación a nuestras acciones. La Luna Llena
en Tauro aviva el deseo de poner fin a un ciclo; el Sol en Escorpio escoltado
por Venus y Saturno refuerzan el trabajo de ascensión. Plutón y Marte crean una
sociedad que a muchos les parece sospechosa pero se han aliados para continuar
con el derrumbe de energías añejas y seguir transformando a esta humanidad ya
casi totalmente despierta. Viejas estructuras siguen cayendo y con el ingreso
del Sol en Sagitario –22 de noviembre– comienza la creación del nuevo paradigma
porque estaremos listos para iniciar la ascensión desde otra rueda de la gran
espiral evolutiva.
Anclamos las energías… ya
no más cosas en el aire. El tornado ya cesó junto con el tsunami emocional…
Ahora con los pies en tierra retomamos el camino pero ya no desde la vieja
energía donde todo era esfuerzo, cumplir, contentar a otros y moverse en el
miedo y la desesperanza… Igual vemos allá afuera hay mucho descontento, trabas,
injusticias y depresiones… pero es la forma que tiene la nueva energía de
abrirse paso entre los escombros de la vieja: provocando un caos para poder entrar
y realizar el cambio.
Recién recalibrados
nuestros temores desaparecieron y con nuestro centro cardiaco vibrando en tonos
altísimos empezamos a fluir… Partimos con la Era del Corazón… Hacemos las cosas
porque las sentimos, porque nos nacen del alma. Nuestra única motivación es SER
y sentirnos bien…
El esfuerzo será puesto en
mantenernos centrados. No permitir que nada externo nos desequilibre y honrar
nuestro poder en todo momento.
Desde hoy nos mantenemos
alineados con la Luz. La reconocemos dentro de nosotros y la dejamos ser… es
nuestra esencia despertándose.
Nos encaminamos a ese
lugar desde donde nunca quisimos partir… Volvemos a casa…
Gracias dulce noviembre!
En Amor y Conciencia.
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