Todos los días pienso en escribir
un libro acerca de las anécdotas que me suceden en la consulta del Tarot. A
pesar de que la mayoría de mis consultantes son personas conocidas y que llegan
a mi por recomendación oral ya que no me publicito como tarotista o tarotera en
ningún medio, hay situaciones que me hacer sentir en la dimensión desconocida,
pero he aprendido a tomarme las cosas con humor y sobre todo a no juzgar. Con
el tiempo nada me sorprende porque he visto la cara oculta de las personas y sé
que bajo sus máscaras esconden deseos inconfesables de todo tipo.
Un día llegó a mi consulta una
señora mayor, de unos setenta y pico años. Se hacía acompañar por su gato
siamés porque creía que le habían hecho un mal (al gato) que, recuerdo se llamaba
Melgasbal, o algo similar, una mezcla de Melchor, Gaspar y Baltazar ya que se
lo regaron en la fiesta de los Reyes Magos. Me negué a hacerle una lectura al
gato, pero aceptó que le hiciera una interpretación de cartas a ella.
Otra vez llegó hasta mí una mujer
desesperada porque su hija se iba de la casa
y quería retenerla – ¿Por qué quieres retenerla si ella lo pasa pésimo
en tu hogar, mira, sale la carta del Diablo? – Es que si ella se va mi marido
también se va porque lo único que lo retiene en casa es ella… - Pero acá veo a
su padre lejano, muy distante y poco piensa en ella – Ahh, ese es su padre
biológico y vive hace años en Suecia y la llama solo para sus cumpleaños… ¿Entonces? – Es que mi pareja actual se ha
enamorado de ella y dice que solo por ella permanece en casa, si ella se va
pierdo a mi marido… Ufff!! Ese día cerré
la consulta temprano porque me sentí muy mal el resto de la tarde.
Inolvidable aquella chica con su excesiva
y no asumida obesidad mórbida que me dice: lo único que yo quiero saber es si
él, con su nueva polola lo hace con condón o no…
O aquel muchacho triste con sus
mechones pintados de colores que lloraba porque su pareja, Mikael, se había ido
a vivir con una chica, retornando así a la heterosexualidad y preguntaba en
forma obsesiva: ¿Ella lo hace más feliz en la cama que yo?
Hace poco llegó a mi consulta una
chica de apariencia dulce y fragil, de signo Libra que había conocido a un
chico por internet y que este huía de ella - ¿Por qué? – y me respondió que él
se había enamorado a tal punto de ella que necesitaba escapar… En realidad todo
era tan confuso con ella que le pedí que fuese más clara. – Es que Igor me dejó,
pero ahora llegó a mi casa a trabajar de jardinero. – Cómo así? – Si, se disfraza
a llega todos los a trabajar a mi casa - ¿Y se le nota el disfraz? – No, porque
este es un hombre viejo - ¿¿?? – En verdad no se parece en nada a Igor pero yo
se que es él… Le advertí que estaba yendo demasiado lejos con su imaginación,
pero se fue muy molesta porque no la creí…
Siempre he tenido claro que solo
atraemos lo que vibra en tonos similares y me preocupa tener estos consultantes
un tanto freak, pero conversando con mis colegas taroteros me dicen que es
normal que llegen algunos consultantes “especiales”. En general quienes llegan
a mi consulta son personas que buscan en el Tarot un consejero, un amigo que
les oriente y están dispuestos a hacer el trabajo interno que la vida les exige a través del
Tarot… pero hay de todo en la Viña del Señor…
(¯`•.•´¯)¸•´¯`☆
.`•.¸¸.•´♥ Mer"
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