Un buen día la alcaldía le encargó un gran caballo para una plaza de la
ciudad. Un camión trajo al taller el bloque gigante de granito. El
escultor empezó a trabajarlo, subió a una escalera, a golpes de martillo
y cincel. Los niños lo miraban hacer.
Entonces los niños partieron de vacaciones, rumbo a las montañas o el mar. Cuando regresaron, el escultor les mostró el caballo terminado. Y uno de los niños, con ojos muy abiertos, le preguntó:
- "Pero... ¿cómo sabías que adentro de aquella piedra había un caballo?"
Eduardo Galeano
Entonces los niños partieron de vacaciones, rumbo a las montañas o el mar. Cuando regresaron, el escultor les mostró el caballo terminado. Y uno de los niños, con ojos muy abiertos, le preguntó:
- "Pero... ¿cómo sabías que adentro de aquella piedra había un caballo?"
Eduardo Galeano
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