lunes, 6 de julio de 2009

La herida


Cuando pasamos por las experiencias dolorosas de la vida, automáticamente tratamos de no sentir el dolor. Lo hemos hecho desde la infancia. Aislamos el dolor físico retirando nuestra conciencia de la parte del cuerpo dolorida. Combatimos la angustia mental y emocional tensando los músculos y encerrándola en nuestro inconsciente. Para lograr mantenerla allí, creamos todo tipo de distracciones: nos mantenemos muy ocupados haciéndonos adictos al trabajo, o nos metemos en el paraíso de la televisión o de la computadora. Muchos nos hacemos adictos a las drogas, al tabaco, al chocolate o al alcohol. Otros se vuelven adictos al perfeccionismo, a ser los mejores o los peores. Proyectamos nuestros problemas sobre los demás y nos preocupamos por ellos en lugar de resolver nuestros propios conflictos.
Cuando detenemos la experiencia negativa del dolor interrumpiendo el flujo de energía que lo contiene, también detenemos la experiencia positiva que está asociada. Quizá no seamos conscientes de este proceso porque, para cuando hemos alcanzado la edad de la razón, lo hacemos habitualmente. Cercamos nuestras heridas. Al cercar nuestras heridas, bloqueamos también la conexión con nuestro centro o núcleo interno, y así bloqueamos nuestra creatividad.
El dolor que hemos reprimido empezó muy temprano en nuestra infancia, muchas veces antes incluso del nacimiento, en el seno materno. Desde esa temprana infancia en que interrumpimos el flujo de energía en un episodio de dolor, congelamos ese evento tanto en su dimensión energética como temporal. Es lo que denominamos un bloqueo en el campo aural, que está cercando nuestra herida original.
El dolor se origina cuando tomamos la creencia de que cada uno de nosotros es un ente separado: separado de los demás y separado de Dios. Esta creencia en la separación se experimenta como miedo, del que surgen todas las demás emociones negativas.


Extraído de "Hágase la Luz" de Bárbara Ann Brennan

4 comentarios:

Unknown dijo...

LUEGO DE EXPERIMENTAR LA EXPERIENCIA DE LA TERAPIA ALTERNATIVA DEL RENACIMIENTO...DIOS ME DIO LA GRAN OPORTUNIDAD DE PODER ENFRENTAR ESE DOLOR..QUE TRAEMOS DESDE QUE COMIENZA LA NOCION DE VIDA EN NOSOTROS, Y COMPRENDO ESTE PROCESO Y COMO DICES EL AISLAMIENTO LO QUE GENERA ES UNA VIA DE ESCAPE QUE SI FUESE TOMADA PARA MEDITAR...NO LA SEPARACION, NI LA CULPA...NI EL REMORDIMIENTO, SINO MAS BIEN ENFOCANOS... ALINERAR MENTE, CUERPO Y ESPIRITU EN RESOLVER ESTE DOLOR EN NOSOTROS DESDE SU COMIENZO.. DE DONDE NACE ESE SENTIMIENTO DE ESTAR HERIDOS Y COMENZAMOS A COMPRENDER ESE DOLOR CON FE...MAS QUE CON ESPERANZA, CON CONVICCION FUERTE DE QUE COMO SERES DE EVOLUCION ESTE PROCESO VA A SER SOLUCIONADO...EL PROCESO DE RECUPERACION ES MAS CORTO...MIENTRAS PERDEMOS TIEMPO EVADIENDO...MAS LARGO SE TORNA EL SER EL DUEÑO DE TU VIDA...Y NO RECUPERAS EL PODER DE SER EL QUE GUIA TU EXISTIR...LE ENTREGAS TODA TU ESENCIA AL DOLOR...Y OLVIDAS QUE SOLO CON FE EN DIOS Y EN TI ES QUE LO PUEDES LOGRAR...NORDYL

Unknown dijo...

sólo puedo decir cuán.. verdades dice...y dar gracias por compartir...por q me ayuda a ver tantas verdades... gracias,gracias, gracias.

Anónimo dijo...

El dolor nos enseña. Hay que saber mirarlo para ver què nos muestra, para escuchar què nos dice...

Con Tensión dijo...

Qué el dolor nos enseñe, estoy de acuerdo, pero creo que para lograr descubrir que nos dice, como señala el comentario anterior, es necesario si no se tiene el suficiente autoconocimiento, pedir ayuda espiritual, médica o la que nos acomode... para mi siempre será más fácil sufrir el dolor acompañada

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