En astrología podemos apreciar el temperamento de una
persona a través de los elementos predominantes en su carta natal. El fuego es
el impulso, el aire es el universo mental, el agua el mundo de las emociones y
la tierra la capacidad de conectarse con la materia.
Vivir sin alguno de estos elementos
puede significar dos cosas: que vivimos añorándolo o que ni siquiera nos
percatamos de su existencia.
En mi caso vivir sin aire ha
significado un gran drama… Si, drama, porque justamente la ausencia de este
elemento es lo que hace que no pueda tomar distancia de los acontecimientos y
poder y mirarlos de manera objetiva. Todo es dramático y terribleeee…
No tengo nada, absolutamente ningún
planeta en aire, pero sí un Mercurio muy fuerte en mi carta y un Urano
liderando. Eso compensa en parte la ausencia del aire y me permite poseer
cierta agilidad mental y facilidad para comunicarme. En todo lo demás
relacionado con el aire soy fatal.
En nuestra sociedad somos educados
para “desear” lo que no poseemos y la mayor parte del tiempo estamos mirando el
pasto del vecino en vez de poner abono en el nuestro. Me pasé media vida
deseando ser chica lista y no caer un
poco tarde con los chistes o ser más astuta y manejar ciertos códigos sociales
que nunca usé porque simplemente jamás los comprendí. Muchas veces escuché a
personas decirme sorprendidos después de conocerme: Yo creí que eras tonta… y eso es porque si no eres racional,
astuto, convenenciero, y parlanchín, eres tonto…
Eso si que poseo bastante de eso
que ahora llaman Inteligencia Emocional.
Y otro poco de Inteligencia Espiritual
que para mi son más importantes que la inteligencia
racional.
Ahora disfruto de aquello que me
regalaron en exceso que son las emociones y que antes creí que solo me hacían
sufrir… Ahora las uso para disfrutar.
El agua se motiva a hacer solo
cosas que le gustan… y así he sido siempre: si algo no me agrada simplemente
busco la manera de hacerlo de un modo que me sea grato... y si no encuentro el
modo, quedará como uno de esos eternos pendientes…
El agua nos da la capacidad de
emocionarnos “por tonteras” y así puedo sentir profundamente la música, una
canción, la brisa, el aroma de las flores o la voz del ser amado… Cosas
que para los demás pasan desapercibidas, para mi constituyen el todo de
alguien.
Otra capacidad que otorga la falta
de aire es poder conectarse con otras realidades, o dimensiones. No estar tan
pendientes del “afuera” nos hace sentir cosas que para otros pueden parecer
locuras…
Muchas de los escritores que más
admiro tampoco tienen aire… y han sabido expresarse desde sus emociones, como
Tolstoi, Neruda, Isabel Allende…
Así que soy de esos seres que viven
sumergidos en su propias aguas… y bajo el agua no hay aire… Dicen que somos
densos, pero no conozco otra forma de vivir así que para mi es lo normal.
Sin aire la verdad es que fue difícil
al comienzo, porque en mi familia todos son aire y fuego… y yo agua y tierra…
la comunicación era muy difícil… La astrología me ayudó a comprender muchas
cosas, de mi y de los demás, especialmente de mis hermanos y con ese
conocimiento sané el tema familiar… No me comprendían porque no estaban en
capacidad de hacerlo, no porque no me quisieran… y lo mismo desde mi hacia
ellos…
Ahora que empiezo a caminar mi
propia vida me siento feliz poseer este tremendo regalo que es no pensar tanto
y sentir más… Y les puedo confesar que se puede vivir sin el gaseoso
elemento…
Respiro, pero con el alma…
Respiro, pero con el alma…
Me®
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