Un hombre sembró un grano de maíz en la tierra y al cabo de un tiempo salió una planta que creció hasta dar varias mazorcas repletas de granos… El hombre cosechó su grano multiplicado.
La naturaleza se comporta de este modo regalándonos el 1.000x1, cumpliendo así con la primera ley de la
Abundancia: Todo regresa multiplicado. Puedes verlo en todo lo que crece a
nuestro alrededor e incluso cuando alguien entra en un lugar y entrega una
sonrisa, las recibe multiplicadas.
Igualmente nuestra mente es como una tierra fértil en donde sembramos todos
los días pensamientos capaces de producir los más variados efectos en nuestro
entorno. Con nuestra mente creamos y es
así como todo lo que sucede en tu mundo tú lo has creado en algún momento de tu
vida. Si tienes amor, trabajo, salud, alegría, bienestar y diversión ha
sido porque tú plantaste esos deseos en algún momento y los regaste con
suficiente fuerza y emoción…
A menudo soñamos cosas que no logramos ver cumplidas y eso es porque no le
damos suficiente abono y riego a las semillas para que puedan germinar. El abono
es la fe y el riego es la emoción que ponemos en aquel sueño. Sin el abono de
creer en que puede ser y sin el agua de la emoción nada puede brotar y ver la
luz porque solo al emocionarnos con nuestros sueños los hacemos propios.
Así, solo son la atención constante que ponemos en cada pensamiento podemos
ver crecer nuestra siembra, abonada cada día con la certeza de que será una
buena cosecha y regándola con la emoción de sentir que tenemos ya sus frutos.
Por eso siembra conscientemente… no lances palabras ni pensamientos al
voleo porque se perderán. Siembra lo que quieres alcanzar. Siembra hermosos
sueños que podrás hacer realidad.
También verás como se cumple la ley del menor esfuerzo porque nuestra
cosecha siempre superará en cantidad a lo que has sembrado. Bastará con que
dediques algunos minutos cada día para regar y abonar tu siembra y así muy
pronto recibirás todos los frutos de esa cosecha.
Solo te pido que no me creas… prueba por ti mismo que puedes cultivar tus
propios sueños… pero hazlo conscientemente, ese es el único secreto.
Te deseo una cosecha abundante.
Si reenvias este texto, respeta el trabajo de la autora, no elimines ni cambies su nombre ni el texto. Cita la fuente correctamente. Se consciente de tu ética espiritual.
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