jueves, 10 de septiembre de 2009

Siembra conscientemente…


Un hombre sembró un grano de maíz en la tierra y al cabo de un tiempo salió una planta que creció hasta dar varias mazorcas repletas de granos… El hombre cosechó su grano multiplicado.

La naturaleza se comporta de este modo regalándonos el 1.000x1,  cumpliendo así con la primera ley de la Abundancia: Todo regresa multiplicado. Puedes verlo en todo lo que crece a nuestro alrededor e incluso cuando alguien entra en un lugar y entrega una sonrisa, las recibe multiplicadas.

Igualmente nuestra mente es como una tierra fértil en donde sembramos todos los días pensamientos capaces de producir los más variados efectos en nuestro entorno. Con nuestra mente creamos y es así como todo lo que sucede en tu mundo tú lo has creado en algún momento de tu vida. Si tienes amor, trabajo, salud, alegría, bienestar y diversión ha sido porque tú plantaste esos deseos en algún momento y los regaste con suficiente fuerza y emoción…

A menudo soñamos cosas que no logramos ver cumplidas y eso es porque no le damos suficiente abono y riego a las semillas para que puedan germinar. El abono es la fe y el riego es la emoción que ponemos en aquel sueño. Sin el abono de creer en que puede ser y sin el agua de la emoción nada puede brotar y ver la luz porque solo al emocionarnos con nuestros sueños los hacemos propios.

Así, solo son la atención constante que ponemos en cada pensamiento podemos ver crecer nuestra siembra, abonada cada día con la certeza de que será una buena cosecha y regándola con la emoción de sentir que tenemos ya sus frutos.

Por eso siembra conscientemente… no lances palabras ni pensamientos al voleo porque se perderán. Siembra lo que quieres alcanzar. Siembra hermosos sueños que podrás hacer realidad.

También verás como se cumple la ley del menor esfuerzo porque nuestra cosecha siempre superará en cantidad a lo que has sembrado. Bastará con que dediques algunos minutos cada día para regar y abonar tu siembra y así muy pronto recibirás todos los frutos de esa cosecha.

Solo te pido que no me creas… prueba por ti mismo que puedes cultivar tus propios sueños… pero hazlo conscientemente, ese es el único secreto.

Te deseo una cosecha abundante.

Me® 

 Si reenvias este texto, respeta el trabajo de la autora, no elimines ni cambies su nombre ni el texto. Cita la fuente correctamente. Se consciente de tu ética espiritual.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Tú eres el resultado de ti mismo

Tú eres el resultado de ti mismo.
No culpes a nadie, nunca te quejes de nada ni de nadie, porque fundamentalmente tú has hecho tu vida.
Acepta la responsabilidad de edificarte a ti mismo y el valor de acusarte en el fracaso para volver a empezar; corrigiéndote, el triunfo del verdadero hombre surge de las cenizas del error.
Nunca te quejes del ambiente o de los que te rodean, hay quienes en tu ... mismo ambiente supieron vencer, las circunstancias son buenas o malas según la voluntad o fortaleza de tu corazón.
Aprende a convertir toda situación difícil en un arma para luchar.
No te quejes de tu pobreza, de tu soledad o de tu suerte, enfrenta con valor y acepta que de una u otra manera, todo dependerá de ti; no te amargues con tu propio fracaso, ni se lo cargues a otro, acéptate ahora o seguirás justificándote como un niño, recuerda que cualquier momento es bueno para comenzar y que ninguno es tan terrible para claudicar.
Deja ya de engañarte, eres la causa de ti mismo, de tu necesidad, de tu dolor, de tu fracaso.
Si, tú has sido el ignorante, el irresponsable, tú, únicamente tú, nadie pudo haber sido por ti.
No olvides que la causa de tu presente es tu pasado, como la causa de tu futuro es tu presente.
Aprende de los fuertes de los audaces, imita a los enérgicos, a los vencedores, a quienes no aceptan situaciones, a quienes vencieron a pesar de todo.
Piensa menos en tus problemas y más en tu trabajo y tus problemas sin alimento morirán.
Aprende a nacer desde el dolor y a ser más grande, que el más grande de los obstáculos.
Mírate en el espejo de ti mismo.
Comienza a ser sincero contigo mismo. Reconociéndote por tu valor, por tu voluntad y por tu debilidad para justificarte. Reconócete dentro de ti mismo, más libre y fuerte, dejarás de ser un títere de las circunstancias, porque tu mismo eres tu destino.
Y nadie puede sustituirte en la construcción de tu destino.
Levántate mira las mañanas y respira la luz del amanecer.
Tú eres parte de la fuerza de la vida.
Ahora despierta, camina, lucha.
Decídete y triunfarás en la vida.

Nunca pienses en la suerte, porque la suerte es el pretexto de los fracasados.

Pablo Neruda
Me®

jueves, 3 de septiembre de 2009

El Tazón de madera


Los guisantes caían de su cuchara al suelo y cuando intentaba tomar el vaso, derramaba la leche sobre el mantel. El hijo y su esposa se cansaron de la situación. "Tenemos que hacer algo con el abuelo", dijo el hijo. "Ya he tenido suficiente. Derrama la leche, hace ruido al comer y tira la comida al suelo".

Así fue como el matrimonio decidió poner una pequeña mesa en una esquina del comedor. Ahí, el abuelo comía solo mientras el resto de la familia disfrutaba la hora de comer. Como el abuelo había roto uno o dos platos, su comida se la servían en un tazón de madera. De vez en cuando miraban hacia donde estaba el abuelo y podían ver una lágrima en sus ojos mientras estaba ahí sentado sólo. Sin embargo, las únicas palabras que la pareja le dirigía, eran fríos llamados de atención cada vez que dejaba caer el tenedor o la comida.

El niño de cuatro años observaba todo en silencio. Una tarde antes de la cena, el papá observó que su hijo estaba jugando con trozos de madera en el suelo. Le preguntó dulcemente: "¿Qué estás haciendo?" Con la misma dulzura el niño le contestó: "Ah, estoy haciendo un tazón para ti y otro para mamá para que cuando yo crezca, ustedes coman en ellos."

Sonrió y siguió con su tarea. Las palabras del pequeño golpearon a sus padres de tal forma que quedaron sin habla. Las lágrimas rodaban por sus mejillas. Y, aunque ninguna palabra se dijo al respecto, ambos sabían lo que tenían que hacer.

Esa tarde el esposo tomó gentilmente la mano del abuelo y lo guió de vuelta a la mesa de la familia. Por el resto de sus días ocupó un lugar en la mesa con ellos. Y por alguna razón, ni el esposo ni la esposa, parecían molestarse más cada vez que el tenedor se caía, la leche se derramaba o se ensuciaba el mantel.

Los niños son altamente perceptivos. Sus ojos observan, sus oídos siempre escuchan y sus mentes procesan los mensajes que absorben. Si ven que con paciencia proveemos un hogar feliz para todos los miembros de la familia, ellos imitarán esa actitud por el resto de sus vidas.

Los padres y madres inteligentes se percatan que cada día colocan los bloques con los que construyen el futuro de su hijo. Seamos constructores sabios y modelos a seguir.

He aprendido que independientemente de la relación que tengas con tus padres, los vas a extrañar cuando ya no estén contigo. "La gente olvidará lo que dijiste y lo que hiciste, pero nunca cómo los hiciste sentir." "Debes ser el cambio que quieres ver en el mundo..." 

Mahatma Gandhi

Me®

martes, 1 de septiembre de 2009

Luna Menguante



Cuando la luna entra en su fase de menguante nos está invitando a depurar, menguar o soltar situaciones, ideas, conflictos, penas, emociones,
Es una fase de profunda limpieza en donde debemos crear el espacio vacío que requiere la Luna nueva para poder sembrar…

Esta Luna es la asistente personal del Señor Desapego ya que siempre no lleva a soltar, a dejar atrás… algo que a todos los humanos nos cuesta mucho ya que, no por naturaleza, sino por condicionamiento nos apegamos a todo desde pequeños…

Quien pretenda negar que la energía lunar nos afecta a todos los habitantes de este planeta está ciego, pero de comprensión… porque a estas alturas hasta los niños saben cuanto nos afecta en la naturaleza y la psiquis nuestro satélite.

Cuando la luna está menguando puedes imitarla y hacer disminuir o soltar cualquier cosa que desees eliminar de tu vida… por eso suele hacerse la famosa dieta de la Luna en estos días, porque se pueden eliminar kilos y  cuentan por ahí, que no se recuperan… y espero sea verdad porque lo que queremos eliminar de nuestras vidas no deseamos que vuelva…

Hacer buen uso de la energía de Luna Menguante es dejar partir algo que ya no aporta a nuestro crecimiento, a nuestra alegría, a mayor conciencia, a tener paz…

Un buen ejercicio es escribir una carta despidiéndonos de todo aquello que queremos depurar en nosotros… pueden ser temas de salud, de creencias, de amistades, de trabajo, de pareja, de hábitos, adicciones y de la vida en general y luego dejarla ir por un río o lanzarla por el retrete… o también quemarla…
Eso ayudará a que tomes conciencia de que todo lo que has escrito, poco a poco se irá alejando de ti.

Para que entren cosas nuevas en nuestra vida debemos crear el espacio. Cuando acumulas cosas, ideas, personas –sí, también puede ser– recuerdos innecesarios, sentimientos nocivos, tareas pendientes… el Universo ve que estás tan repleto, que no te envía lo nuevo… por eso, como la naturaleza es tan tremendamente sabia, nos enseña que debes generar un vacío para que puedas llenarlo con todo lo que quieras… y la Luna colabora… ya te dije que ella –la Luna Menguante– es la asistente del Señor Desapego… así como las otras fases lunares asisten a otros colaboradores de nuestros procesos de crecimiento, como el renacer, la cosecha, el cierre de ciclos, etc.

Lo importante de este trabajo es que debes hacerlo con el corazón… escúchalo… Pregúntale que cosas ya no están alineadas con él… que es lo que quisieras soltar… No le preguntes a tu mente porque ahí te responderá el Sr. Ego y él solo ve lo que le conviene, nada más…

Pues te dejo trabajando en tu proceso con la Luna Menguante y deseo que puedas dejar partir aquello que ya no te representa…

Feliz Luna Menguante!

Me® 

Sabiduría vs conocimiento


A veces Nasrudín trasladaba pasajeros en su bote. Un día, un exigente y solemne sabio alquiló sus servicios para que lo transportara hasta la orilla opuesta de un ancho río. Al comenzar el cruce, el erudito le preguntó si el viaje sería muy movido.
-Eso depende talvez según…- le contestó Nasrudín.
-¿Nunca aprendió usted gramática?
- No- dijo el Mulah Nasrudín.
- En ese caso, ha desperdiciado la mitad de su vida.
El Mulah no respondió.
Al rato se levantó una terrible tormenta y el imperfecto bote de Nasrudín comenzó a llenarse de agua. Nasrudín se inclinó hacia su pasajero:
- Aprendió usted alguna vez a nadar?
- No – contestó el sabio gramático.
- En ese caso, amigo, ha desperdiciado TODA su vida, porque nos estamos hundiendo!!!

Tradicional cuento Sufi

Me®

Déjanos tu huella...