domingo, 8 de enero de 2012

Dualidad…



Una pregunta que todos hacen últimamente es ¿Qué significa experimentar la dualidad? Y para no responder a cada persona porque resultaría agotador, escribo este post.

Dualidad, según Wordreference es: Reunión de dos caracteres o características distintos en una misma persona o cosa… y también: Cualidad de existir dos cosas de la misma clase… ambos conceptos se aplican muy bien a lo que vivimos como experiencia los seres humanos acá en la Tierra.

Somos energía luminosa encarnada en cuerpos materiales. Vivimos una experiencia física y otra espiritual. Nos cuesta separarnos de la materia y la mayoría se ha identificado totalmente con su cuerpo y con su vida terrena. Muy pocos han despertado sus conciencias por largo tiempo dormidas para descubrir que estamos haciendo un gran viaje y que debemos mirar cada acontecimiento con los ojos de un turista: maravillarnos con todo lo que está ocurriendo y dar gracias por poder vivirlo.

Vivir en la dualidad es aceptarnos como espíritus a la vez que honramos este cuerpo que nos sirve como transporte para realizar el gran viaje por la vida. Honrar el cuerpo no significa identificarse con él o con las emociones o con la mente… es simplemente respetarlo y cuidarlo para que el viaje resulte lo más placentero posible y el espíritu pueda habitarlo sacándole el mejor partido.

Durante este viaje debemos constantemente lidiar con un personaje que nosotros construimos a medida que avanzamos turisteando por la vida y es el tristemente celebre Ego… el ego es pura identificación con el cuerpo y con esta existencia… El día que descubrimos nuestra naturaleza espiritual el ego pasa a ocupar un lugar secundario y hasta puede mantenerse oculto porque se avergüenza de su pequeñez ante la manifestación del espíritu. No lo necesitamos… pero estará ahí atento para salir a escena ante nuestro menor descuido.

Vivir la dualidad consiste en hacer el trabajo constante de armonizar la vida espiritual y la física. Es como vivir en dos mundos porque por un lado hay que ser conscientes de que tenemos un cuerpo al que debemos cuidar, nutrir y complacer a la vez que no debemos olvidar que somos espíritus en evolución constante y estamos aquí aprendiendo. No es fácil equilibrar ambas polaridades y de pronto nos cargamos más para un lado, olvidando el otro.

Somos seres únicos viviendo en la dualidad y debemos transformarnos en malabaristas para poder equilibrarnos. De pronto el espíritu nos llama y el cuerpo grita y no sabemos a quien atender.

Armonizar esta vida dual es el primer trabajo del despertar. Y una vez que aprendes a equilibrar ambos mundos –físico y espiritual– puedes recién llamarte una persona consciente porque si superamos esta prueba comenzamos rápidamente a ascender ya que se despiertan muchos canales de percepción que nos permiten subir en la espiral evolutiva…

Solo me resta pedirte que no olvides que eres un espíritu encarnado en un cuerpo para vivir la experiencia humana... y no al revés.

Me® 

 Si reenvias este texto, respeta el trabajo de la autora, no elimines ni cambies su nombre ni el texto. Cita la fuente correctamente. Se consciente de tu ética espiritual.

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