Una pregunta que todos
hacen últimamente es ¿Qué significa experimentar la dualidad? Y para no
responder a cada persona porque resultaría agotador, escribo este post.
Dualidad, según
Wordreference es: Reunión de dos caracteres o características distintos en
una misma persona o cosa… y también:
Cualidad de existir dos cosas de la misma
clase… ambos conceptos se aplican muy bien a lo que vivimos como
experiencia los seres humanos acá en la Tierra.
Somos energía luminosa encarnada
en cuerpos materiales. Vivimos una experiencia física y otra espiritual. Nos
cuesta separarnos de la materia y la mayoría se ha identificado totalmente con
su cuerpo y con su vida terrena. Muy pocos han despertado sus conciencias por
largo tiempo dormidas para descubrir que estamos haciendo un gran viaje y que
debemos mirar cada acontecimiento con los ojos de un turista: maravillarnos con
todo lo que está ocurriendo y dar gracias por poder vivirlo.
Vivir en la dualidad es
aceptarnos como espíritus a la vez que honramos este cuerpo que nos sirve como
transporte para realizar el gran viaje por la vida. Honrar el cuerpo no
significa identificarse con él o con las emociones o con la mente… es
simplemente respetarlo y cuidarlo para que el viaje resulte lo más placentero
posible y el espíritu pueda habitarlo sacándole el mejor partido.
Durante este viaje debemos
constantemente lidiar con un personaje que nosotros construimos a medida que
avanzamos turisteando por la vida y es el tristemente celebre Ego… el ego es
pura identificación con el cuerpo y con esta existencia… El día que descubrimos
nuestra naturaleza espiritual el ego pasa a ocupar un lugar secundario y hasta
puede mantenerse oculto porque se avergüenza de su pequeñez ante la
manifestación del espíritu. No lo necesitamos… pero estará ahí atento para
salir a escena ante nuestro menor descuido.
Vivir la dualidad consiste en
hacer el trabajo constante de armonizar la vida espiritual y la física. Es como
vivir en dos mundos porque por un lado hay que ser conscientes de que tenemos
un cuerpo al que debemos cuidar, nutrir y complacer a la vez que no debemos
olvidar que somos espíritus en evolución constante y estamos aquí aprendiendo.
No es fácil equilibrar ambas polaridades y de pronto nos cargamos más para un
lado, olvidando el otro.
Somos seres únicos viviendo en la
dualidad y debemos transformarnos en malabaristas para poder equilibrarnos. De
pronto el espíritu nos llama y el cuerpo grita y no sabemos a quien atender.
Armonizar esta vida dual es el
primer trabajo del despertar. Y una vez que aprendes a equilibrar ambos mundos
–físico y espiritual– puedes recién llamarte una persona consciente porque si superamos esta prueba comenzamos rápidamente a ascender ya que se despiertan
muchos canales de percepción que nos permiten subir en la espiral evolutiva…
Solo me resta pedirte que no
olvides que eres un espíritu encarnado en un cuerpo para vivir la experiencia
humana... y no al revés.
Si reenvias este texto, respeta el trabajo de la autora, no elimines ni cambies su nombre ni el texto. Cita la fuente correctamente. Se consciente de tu ética espiritual.
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