Todo lo que existe en el planeta está vibrando en alguna tonalidad. Los alimentos también.
Cada cosa que comes tiene un tono vibratorio y esa es la razón por la que alimentarnos debiera ser siempre una decisión consciente, mas que dejarse llevar por el deseo de saborear algo delicioso.
Lo que entra por nuestra boca puede alterar nuestra vibración de tal manera que perdemos total consciencia. Una cerveza puede dormirnos (me refiero a perder conciencia no a caer presos del sueño, aunque igual) al punto de no ser responsables de nuestros actos y una taza de café puede activarnos –no necesariamente despertarnos– y hacernos actuar fuera de la conciencia.
Lo importante es ser consciente de lo que comemos. Nadie puede prohibirnos ingerir leche, caramelos, chocolates, grasas, harinas, café o bebidas carbonatadas y todo lo que puede dañar nuestros órganos y sistemas, pero si sabemos el daño que nos hacemos al ingerir tantas dosis de esas comidas seríamos más cautelosos.
El tema de la biología no es lo que estamos tratando en esta nota, aunque todos sabemos que podemos dañar mucho nuestros órganos con algunas comidas que no son precisamente alimento.
Tampoco hablamos de belleza o salud ni de estar delgados, gordos o atléticos… El tema es consciencia a la hora de alimentarnos.
Cuando despertamos y descubrimos nuestro propósito de vida desarrollamos mayor nivel de conciencia, eso también implica vibrar más alto y cuando logras ascender tus vibraciones, no quieres por nada del mundo volver a vibrar bajo y esa es la razón por la que algunos alimentos van quedando postergados en la despensa: porque ya no los necesitamos. Así como abandonamos lugares, personas, costumbres, ritos y situaciones, también dejamos atrás ciertas comidas que ya no vibran en sintonía con nosotros…
Conozco personas que se esfuerzan en dejar la carne, el tabaco, alcohol y otros alimentos de baja vibración y sufren porque no quieren comerlos, pero parece que su cuerpo les pide ingerirlos y viven en una lucha constante. Yo también pasé por eso y puedo decirles que ese es un proceso que se vive sin luchas, sin resistencia. A medida que tu nivel vibratorio sube, no necesitarás de carne u otros alimentos o bebidas de baja vibración… es un proceso natural. Así como cuando niño abandonaste el biberón para comer papillas, así mismo algún día recordarás que comiste carne y pensarás: Qué primitivo era… Ja! Así que te recomiendo relajarte con el tema…
Lo importante es poner la conciencia a la hora de alimentarnos. Come lo que quieras, pero si te comiste todo el dolor de un animal a ser asesinado para estar en tu plato además de ingerir todo el estado de deterioro de esa carne, no esperes vibrar alto… Tendrás que hacer todo un trabajo de depuración para quitarte la carga energética que has puesto sobre ti… y no hablo de toxinas, grasas o colesterol sino de energía negativa y sobre todo de muy baja vibración.
De pronto las personas con bajos niveles de conciencia quieren inducirte a beber alcohol, o comer cadáveres con el argumento de que no hacen daño al organismo… pero acá no estamos tratando de eso sino que de bajar los niveles vibratorios, perder conciencia y eso es algo que se siente muy mal para el cuerpo. Solo cuando lo experimentas puedes comprenderlo. Es un malestar físico que los médicos no logran detectar y de pronto comprendes que has descendido… de lo sutil a lo grosero… y serás incomprendido por eso… se burlarán de ti… pero ¿Qué más da? Todos los que se han salido del sistema son crucificados…
Cuando empecé a hacer yoga intenté dejar la carne muchas veces, pero siempre caía ante una empanada dieciochera, un pavo navideño o un asado fiestero… Hasta que dejé de luchar y asumí que mi parte animal debía estar muy desarrollada y necesitaba alimentarse de esa energía… con el tiempo, mi cuerpo fue solito rechazando la carne… puedo comerla, pero energéticamente me hace muy mal. Ahora comprendo que es porque desciendo mi nivel vibratorio… Yo le llamo resaca de la carne, porque después tienes que estar varios días con ese malestar que con el paso del tiempo prefieres evitártelo y no ingerir cadáveres de ningún tipo… sobre todo cuando tomas conciencia que todos los reinos palpitan en ti… y los bellos animales son nuestros amigos y para estar en tu plato han debido sufrir ese terror de saber que serán asesinados sin piedad alguna… Yo no quiero seguir siendo cómplice de esos actos de crueldad… pero es mi decisión, no tiene que ser la tuya.
Solo te pido que cada vez que vayas a ingerir algo tomes conciencia ¿Qué estoy comiendo? Lo necesito? Lo disfruto? Puedo prescindir de ello? No comas de manera mecánica ni dejes que sea el ego quien decida lo que comes… Eso es alimentarse con consciencia…
Si reenvías este texto, respeta el trabajo de la autora, no elimines ni cambies su nombre ni el texto. Cita la fuente correctamente. Se consciente de tu ética espiritual.
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