En el Universo todo es perfecto. Si miras la galaxia y te detienes a
reflexionar en como los planetas van girando en un perfecto orden y sincronía descubres
la maravillosa pureza cósmica en donde no hay retrasos ni desacuerdos.
Lo mismo si observas la naturaleza y el respetuoso orden en que se van
dando las estaciones, el crecimiento de los árboles, el florecer, la maduración
de sus frutos y el reposo para poder renacer nuevamente… y los ciclos lunares
afectando las mareas y el clima… y el reino animal y su cadena alimenticia…
Si somos parte de un Universo de excelencia ¿Por qué nuestras vidas
personales tendrían que ser diferentes? Pues no lo son… todo lo que sucede en
nuestras vidas es maravilloso y perfecto.
Si hiciéramos el ejercicio constante de salir de nuestra personalidad –y
nuestra mente– seríamos capaces de descubrir esa perfección inalienable con la
que hemos nacido.
Somos espíritus envueltos en un alma que ha venido a trabajar su evolución
en medio de la dualidad… Necesitamos la comprensión de lo que es la materia y
por eso la experimentamos aquí en la tercera dimensión a través de este cuerpo
y este entorno… No somos el cuerpo, tampoco la mente ni las emociones o los
sucesos que vivenciamos… pero la mayoría de las veces creemos serlo y por eso
nos quedamos pegados en dramas emocionales, conflictos de relaciones con otros,
rollos mentales, pérdidas materiales y sentimentales, ideas –siempre erradas–
de lo que somos y todo lo que produce la identificación con la materia…
Si pudiéramos, ante cada conflicto o desafío mirar desde afuera, veríamos
que somos como pequeños niños asistiendo al kínder y que necesita aprender de
colores, formas, sonidos, figuras, relaciones, superación, etc. Y todo lo que
nos “sucede” son solo lecciones que debemos aprender para evolucionar y no nos
estancaríamos en el dolor o la desazón. Pasaríamos de una lección a otra sin
objeciones y nuestras vidas serían más plenas y sabias… pero aún somos
aprendices y en este tiempo debemos profundizar justamente en eso: que somos
seres espirituales viviendo la experiencia humana.
Por eso, si estás confuso o desanimado por problemas o acontecimientos poco
favorables, si el dolor y la desesperanza habitan dentro de ti, no desesperes…
son solo experiencia que has venido a aprender. Recuerda que eres un alumno más
de esta escuela llamada Vida y todo lo que vivenciamos no son más que
lecciones… Toma conciencia de que todo es aprendizaje, que si superas la prueba
nunca más volverás a pasar por ella, aunque tendrás otras, quizás con mayores
dificultades, pero siempre podrás vencerla porque, así como en el kínder a los
pequeños no los pondrán a leer a Tolstoi o les enseñarán algebra, la maestra
vida tampoco pondrá sobre tus hombros una carga que tú no puedas soportar…
Todas las dificultades que atravesamos obedecen a esta perfecta sincronía
que mantiene el Universo.. y hay algo más… Tú eres quien elige las materias que
tomarás en cada vida. Si quieres aprender el desapego tendrás millones de
oportunidades de aprenderlo en esta vida, desde el desapego del orgullo hasta
el desapego con los seres queridos… y si necesitas aprender sobre abundancia,
la vida te entregará miles de oportunidades para crearla en tu vida…
Solo tienes que aprender a tomar distancia de los problemas, a salir de la
mirada del ego y poder mirar las cosas con los ojos del alma… Descubrirás que
nada es tan difícil, que la vida no acaba con lo que te sucede, que
oportunidades para avanzar quedan infinitas… porque todo es perfecto…
Si reenvias este texto, respeta el trabajo de la autora, no elimines ni cambies su nombre ni el texto. Cita la fuente correctamente. Se consciente de tu ética espiritual.
No hay comentarios:
Publicar un comentario