Imagina que vas pasando
frente a un espejo y notas que estás despeinado… lo correcto sería tomar el
peine y poner tus cabellos en orden ¿Verdad?
Cuando miramos el mundo y lo
notamos algo greñudo, en vez de aceptar que eso es el reflejo de nuestra propia
actitud hacia él, intentamos arreglar la proyección peinando el reflejo… Sí,
todos queremos arreglar el mundo y no nos hacemos cargo de que eso implica modificarnos
nosotros interna y externamente para poder componer también el reflejo.
Podemos cambiar esa actitud
tomando conciencia de que necesitamos corregirnos nosotros para poder reflejar
eso en la vida. No es fácil cambiar actitudes y comportamientos que arrastramos
por años, pero lo importante es que se puede.
Soñamos con vivir una
realidad perfecta, con habitar un mundo de paz y armonía donde las personas
posean firmes e inquebrantables valores en donde la mentira y el engaño no
existan y que la justicia, igualdad, integración y libertad sean propios de
todos los seres humanos… pero estamos esperando que venga desde afuera, que
ocurra la magia de que todo cambie en algún momento sin poner nada de nuestra
parte… o sea estamos peinando el espejo…
Si queremos ver la armonía y
la paz reinando en nuestro mundo debemos empezar ya, ahora mismo a sembrar esa
paz y armonías que no significa no tener una postura u opinión ante ciertas
cosas… Tenemos derecho a adoptar posiciones ante ciertas situaciones. Ser
pacíficos no nos convierte en indolentes sino que nos hace buscadores de
métodos que no perjudiquen a nadie para obtener justicia y equilibrio entre la
humanidad. Si mi paz implica que otros sufran creo que sigo peinando el espejo.
Parece muy fácil construir
el mundo que todos queremos porque tenemos una idea bastante clara al respecto,
pero siempre estamos esperando que los demás hagan los cambios, que sean otros
los que pongan todo su esfuerzo en presentarnos la realidad que anhelamos y es
por eso los cambios no se producen… y no es porque seamos incapaces de crear la
magia sino porque debemos trabajar en ello y muy conscientemente. La magia es
hacer que las cosas sucedan.
Ahora que la humanidad entera
está despertando y tomando conciencia de que somos creadores vamos a
proponernos componer nuestra mente, nuestros pensamientos, palabras, acciones y
hasta sueños, porque todo lo que pensamos, decimos, hacemos e imaginamos queda
plasmado en el Universo que diligentemente nos devolverá ese reflejo en
nuestras vidas.
Nadie dijo que sería fácil…
pero proponte desde ahora componer tu mente y cada vez que te descubras pensando
cosas que no quieres ver reflejadas, simplemente bórralo con la palabra mágica:
Cancelar, cancelar! Y empieza a pensar como quieres que se manifieste tu vida…
No me creas… Pruébalo!
…Y después me cuentas…
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