A medida que avanzamos por la vida y nos convertimos en adultos vamos
perdiendo toda esa frescura que teníamos de niños. Dejamos la inocencia
olvidada en algún rincón del cuarto de juegos. Nuestro tiempo de divertirnos se
fue con los amigos del colegio. Esa espontaneidad que tanto nos celebraban, ahora
es motivo de reprimenda…
Poco a poco vamos ganando en miedos, ansiedad, estrés, egoísmo,
neurosis, preocupación por la apariencia, represión, fingimiento y perdemos en
pureza, honestidad, sonrisas, sencillez, alegría… “Es es el precio que debemos
pagar por convertirnos en adultos” –nos dicen los mayores– y nos convencemos de
que es así, aunque internamente sentimos que podría ser distinto.
Y así vamos retrocediendo mientras soñamos que avanzamos…
La idea de nuestra educación es que nos convirtamos en seres
mecánicos, con respuestas aprendidas para cada cosa y poco a pocos abandonamos
toda la frescura y naturalidad con la que llegamos a este planeta.
Decir lo que pienso? Dificil…
Expresar esto que estoy sintiendo? Imposible…
Es así como nos vamos alejando de nuestra alma y perdemos el contacto
con nuestro interior… Las respuestas están afuera: las dicen los padres, las
autoridades, los famosos, los libros, la televisión… ¿Para qué pensar? Y así es
como nos enseñan a avanzar…
Afortunadamente no todo está perdido porque siempre podemos hacer el
viraje para retomar el camino del alma que es el que nos lleva a avanzar en
realidad hacia delante y dejar de soñar que avanzamos y empezar a hacerlo en
realidad. Podemos recuparar la inocencia que algún día perdimos y salir al
encuentro de nuestro niño interior para tomarlos de la mano y pedirle que nos
guie en el camino.
Podemos volver a reir a carcajadas mientras elevamos globos por los
aires o saltar sobre el colchón de la cama, sin temor a reprimendas… podemos
comer algodón de azúcar embadurnándonos la cara sin culpas… podemos volver a
ser auténticos… y felices…
Ahora las energías invitan a reencontrarnos con ese ser que habita en
nosotros y que está en constante comunicación con el alma… y como siempre es
nuestra decisión aceptar la invitación o no.
¿Te atreves?
Quieres volver a la inocencia?
Lo que es yo ya estoy jugando todos los días como una nena con el word
de mi computador, con pinceles y telas, con música y guitarra, con la voz y el
canto… Yo juego porque me siento libre y, aunque para muchos estoy
retrocediendo, tengo la certeza de que voy avanzando…
Me®
Si reenvias este texto, respeta el trabajo de la autora, no elimines ni cambies su nombre ni el texto. Cita la fuente correctamente. Se consciente de tu ética espiritual.
3 comentarios:
Awww me encata la idea de volver a encontrarme con mi infacncia con toda esa paz y felicidad me encanto el blog gracias abrasos
estoy totalmente de acuerdo con lo que dice, es más justamente anoche un conocido me dijo, te observe está noche y sos una niña grande....le dije que me diga que es eso? me dijo que tengo un carácter con chispa...que me río, hago reir...justo lo que dice ahi, se trata de ser así, sin dejar lo que son nuestras responsabilidades, no dejar de ser niñ@, de ser un@ mism@...si no faltas respeto ni dañas a nadie..
QUE BELLO PRECIOSA, COMO TODO LOS QUE ESCRIBES.
YO TAMBIÉN HOY EMPEZARÉ A AVANZAR,
UN ABRAZO DESDE LIMA.
FRANCESCA
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