Una
de las señales que nos muestran claramente que “estamos en el camino” es ver como
comenzamos a recibir bendiciones del Universo.
De
pronto percibimos luminosidad en todo y aparece una belleza que antes
permanecía oculta para nosotros en las cosas, en las personas, en las
situaciones, en los lugares, en nosotros…
Las
bendiciones son los regalos que el Universo nos manda en todo momento pero que
nosotros no somos capaces de ver cuando estamos dormidos o separados del
camino.
Cuando
despertamos la luz se manifiesta en nosotros y en todo nuestro entorno.
Comenzamos a comprender verdades que antes parecían vedadas para nosotros. Se
nos abren los canales de la percepción a tal punto que podemos empezar a
encontrar muy simpática a la señora que vende diarios en la esquina y que antes
nos parecía un plomazo. Comenzamos a comprender el accionar de las personas y
podemos justificar muchas acciones que antes nos parecían aberrantes… Abandonamos
los juicios porque entendemos que todo obedece a fuerzas superiores que no
siempre estamos en capacidad de ver y mucho menos entender.
Muchas
veces sufrimos “inconvenientes” que antes nos parecían un flagelo y de pronto
los tomamos como un regalo… Como quedar atrapados en una congestión de
vehículos o el retraso de un paciente o la cancelación de una cita que nos
permiten disponer de un tiempo con el que no contábamos y podemos cerrar los
ojos y simplemente agradecer…
Todos
los días caen sobre nosotros lluvias de bendiciones y muy pocos son capaces de
verlas… a veces esas bendiciones son tomadas como un contratiempo y eso es
porque el ego mantiene dormida la esencia y nos gobierna desde la mente
diciéndonos que todo lo que no está planificado es una perdida de tiempo,
cuando el realidad es al revés.
A
veces esas bendiciones que nos llegan no tienen valor material alguno y en este
mundo materialista que basa su felicidad en el poseer cosas, carecen de valor y
las ignora completamente, perdiéndose de disfrutarlas.
Muchas
bendiciones van escondidas en la sonrisa de los desconocidos en la calle. En un
precioso can que se acerca y huele tus zapatos. En una dulce anciana que te
busca conversación en la parada del autobús. En ese vecino que te ayuda a sacar
la basura. En la llamada de un amigo del que no sabías hace años… En el abrazo
de esa amiga del alma que no dice nada pero comprende todo con solo mirarte. En
esos correos que recibes de gente que desconoces pero te impulsan a seguir en
tu tarea de escribir en este blog…
Hay
tantas bendiciones y están por todas partes. Tú eres merecedor de todas ellas
así que desde ahora abre tu visión y encuéntralas porque son un paquete que si
eres capaz de quitarle el envoltorio y descubrir el regalo que hay dentro,
podrás elevarte en esta espiral sin fin que es el despertar, el crecimiento y
la evolución.
Te
deseo un día, una semana, un mes, un año y toda una vida repleta de Bendiciones
del Universo…
Si reenvias este texto, respeta el trabajo de la autora, no elimines ni cambies su nombre ni el texto. Cita la fuente correctamente. Se consciente de tu ética espiritual.
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