Aceptar es
la sublime acción de abrirle los brazos a cada experiencia que entre en
nuestras vidas, ya sea que venga vestida de buena
o mala de acuerdo con los diferentes
matices que usa el ego para clasificar nuestras vivencias…
Agradecer
es el acto sagrado que tiene el alma cuando reconoce una Gracia llegando a su
vida… Y todo lo que llega hacia nosotros es siempre una bendición enviada por
el Universo…
El perdón es una energía
que ha quedado atrás. No es necesaria cuando se vive a través del alma, que es
quien conoce todas las razones de esta encarnación y sabe lo que vinimos a
aprender… Desde el espíritu descubrimos que no hay nada que perdonar a nadie…
Solo aceptar y agradecer…
Somos todos hijos de la
misma Madre Gaia quien nos regala un alma para habitar dentro de ella. La
Tierra nos iguala como hermanos. Estamos energéticamente conectados, solo que
viviendo en la ilusión del Ego lo hemos olvidado.
Es tiempo de reconectar
con la esencia para recordar que somos viajeros… Simples caminantes en esta
vida o pasajeros de un gran tren… siendo así resulta innecesario quedarse
pegados en la travesía por heridas que creemos que nos causan o creemos causar
a otros pasajeros… Somos partes de este plan infinito y no podemos detener el
viaje porque alguien, nos ignoró, nos ofendió o no nos quiere… Queda tanto por
conocer y aprender que sería muy poco inteligente abandonar el viaje. Hay mucho
turismo espiritual por la Tierra y por eso es bueno darse el tiempo cada día
para aceptar y agradecer todos las
oportunidades que el viaje nos presenta para nuestro crecimiento… ya sea que
esa oportunidad venga disfrazada de crisis o de fortuna…
Por eso, porque vibro en aceptación y agradecimiento es que he
creado esta oración que me mantiene siempre conectada a mi alma y espíritu y me
recuerda que soy un simple peregrino terrestre, que estoy de paso en este bello
planeta. Vine a adquirir Sabiduría y un día abandonaré el trayecto en este
vehículo llamado cuerpo físico y partiré hacia otra dimensión… quizás regrese
para subirme a otro… pero será otro viaje, otra historia…
Por eso… Aquí y ahora…
Acepto ser
una hija más de esta Tierra generosa y amada… que mi vida es el mayor regalo
que me ha dado el Universo y debo hacer con ella mi obra maestra. Tengo mucho
que aprender y entregar a este espacio dimensional y me declaro eterna aprendiz
de todo y de todos…
Agradezco A
nuestra Madre Tierra, amorosa Gaia por la infinitud de su amor y paciencia al
concedernos su propio cuerpo como plataforma de evolución. No existe un lugar
más apropiado que este bello planeta azul para hacer mi aprendizaje evolutivo…
Acepto
mi naturaleza espiritual y haber elegido encarnar en esta Tierra Bendita junto
a tantas almas hermanas y compañeras… Mi viaje no tendría sentido sin poder
espejarme en otros seres a quienes llamo mis maestros ya que de ellos aprendo cada
día.
Agradezco
ser parte de esta experiencia única y tener consciencia de que en este planeta
estoy de paso, he venido solo para aprender las lecciones que yo misma
seleccioné, las que me permitirán ascender cada vez más en vibración y
Sabiduría…
Acepto
que soy tan solo un pasajero en este viaje, que no puedo aferrarme a nada ni a
nadie porque algún día tendré que descender de este vehículo que me transporta
y no me llevaré nada más que todo lo vivido: un cúmulo de experiencias
maravillosas y mi espíritu más luminoso y fortalecido.
Agradezco
poseer el don de amar a todas las personas… poder conocerlas, descubrirlas…
aprender a aceptarlas y comprenderlas en todo lo que son, sin pretender
cambiarlas o controlarlas… Solo caminar junto a ellas y acompañarnos en este
hermoso viaje llamado vida.
Acepto
mi cuerpo, así con toda la belleza que yo misma elegí para él. Acepto el color
de mi piel, mi contextura, el brillo de mis ojos, la sonrisa siempre abierta,
mi aroma particular, esos mal llamados “defectos” que me hacen un ser único,
fuera de serie. Exclusivo… Acepto a cada una de mis células a las que saludo
cada día y les digo: las amo.
Agradezco
poder mirar extasiada el paisaje que me rodea, poder escuchar el canto de los
ruiseñores… oler la fragancia de mis magnolias eternas… Poder bailar, siempre a
mi ritmo y desplazarme hacia donde yo quiera… Mi cuerpo es el mayor regalo que
he recibido al llegar a este planeta y por eso lo honro y lo bendigo.
Acepto
a mi familia. Estos seres que elegí para convivir a aprender juntos en esta
encarnación. Acepto las diferencias entre nosotros que me permiten espejarme en
ellos para ver mis debilidades casi con efecto lupa. Ellos son los principales
maestros que tengo en esta vida.
Agradezco
a mi madre haberme llevado en su vientre durante largos meses para que yo
pudiera ver las luces de este planeta. A mi padre por heredarme toda su
información genética, a mis abuelos por regalarme dulzura y paciencia, a mis
hermanos por mostrarme todas mis falencias con gracia y humor… Gracias a todos
ellos por permitirme conocer lo que es una familia.
Acepto
cada una de las experiencia que he vivido, ya sea que en su momento las viví
con alegría o con tristeza… Cada situación que he vivenciado han sido
aprendizaje para mi alma y mayor luz para el espíritu. Son, además, los caminos
y las experiencias por las que yo misma elegí transitar… todas me han traído el
regalo de la Sabiduría…
Agradezco
mis tropiezos y caídas porque han sido la antesala a un nuevo despertar… en
medio del dolor pude descubrir que no todo estaba perdido y recurrí a mi
fortaleza para volver a empezar… toqué fondo por eso pude darme el impulso para
emerger desde el fondo como un Ser renacido…
Acepto
las diferencias entre los seres humanos. Nadie está repetido en otro y eso vuelve
mágicas las relaciones… Acepto a mis amigos alegres y extrovertidos. Los
tímidos y acomplejados… Los serenos y los ansiosos… Gente muy sabia y otros más básicos… Todos
ellos son mis maestros.
Agradezco
poder aprender de personas puras y transparentes que parecen ángeles encarnados
y también de aquellos seres más elementales que he puesto yo misma en mi camino
para aprender a respetar las diferencias entre los distintos grados de
evolución… todos estamos acá en lo mismo: creciendo, evolucionando…
iluminándonos…
Acepto
también las similitudes entre los seres de la tierra… Es grato encontrarnos con
personas que vibran en sintonía para poder hacer cosas juntos… También es
agradable, mirado con los ojos del alma, conocer seres distintos, que no nos
aprecien ni valoren para poder ver las diferencias… para aprender y aceptar que
no todo el mundo tiene la obligación de amarnos…
Agradezco
haber conocido el desamor porque permiten el equilibrio universal de las
fuerzas de Yin y Yang… y porque me hacen valorar aún más la libertad de todos
los seres de este planeta… Vine a esta dimensión a aprender que el amor va más
allá de las apariencia y que ese “no amor” es solo ilusión del ego.
Acepto
mi naturaleza imperfecta. Mis miedos, mi falta de disciplina, mi indecisión,
mis rabias y enojos… mis desaciertos y errores… ellos forman parte de mi y hacen
el equilibrio entre mi luminosidad y mis opacidades
Agradezco
conocerme… tener el valor de mirar mi sombra cara a cara… Saber de lo que soy
capaz, de hasta donde puedo llegar y de lo que quiero experimentar… El
conocimiento de mi misma fue el primer escalón de mi evolución…
Acepto
mi humanidad dual. Adoro mi sensibilidad y respeto mi capacidad de razonar… Vibro
con mis carcajadas y también entre lágrimas… Me encanta poder disfrutar,
incluso de los momentos difíciles porque eso me fortalece y crezco en paciencia
y serenidad…
Agradezco
ser capaz de ver mis dos lados… mi yin y mi yang, mi luz y mi sombra, mi
alegría y melancolía… En la dualidad es que he aprendido que la separación es
la mayor ilusión de la que somos presos… Pero es necesario vivirla para
trascenderla…
Acepto… Acepto… Acepto… mis gozos y mis llantos… Mis luces y sombras… Mis
aciertos y errores… Mis vuelos y caídas… Acepto todo lo que el Universo me
regala… La lluvia y el relámpago… la
brisa y el sol quemante… la indiferencia y la pasión…
Agradezco… Agradezco… Agradezco la dicha de haber encarnado en esta Tierra y en
este cuerpo… el gozo de poder amar y sentirme amada… la Libertad de correr por
los campos siendo muy consciente del gran regalo que recibo diariamente: una
nueva oportunidad para avanzar y crecer…
Acepto este nuevo día,
este amanecer tan bello… Esta vida…
En Aceptación,
Agradecimiento, Amor y Conciencia…
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