domingo, 22 de junio de 2014

Destellos de Invierno...

Mi cortina atrapasol

...Y justo cuando el alma precisa refugiarse en el silencio y clama por un retiro, hace su entrada en el lado sur del planeta el Invierno.
Respetada por muchos y amada por muy pocos, la fría estación llega siempre para invitarnos –y a veces forzarnos– a mantenernos en el interior… y no solo del hogar sino de nosotros mismos.
Ocupados siempre en el afuera, ahora deberemos conformarnos con mirar por la ventana la lluvia rodando por los vidrios y los copos de nieve cayendo sobre las aceras…

Toda estación tiene su encanto y el paso del Otoño nos pone a trabajar el desapego mientras vamos cosechando lo que sembramos en primavera. Y esa siembra es también energética porque muchas veces nos preguntamos ¿Por qué estoy cosechando esto? Es el momento de reflexionar acerca de lo que hemos sembrado en la estación florida.
Todos los días podemos elegir si complacer al alma o al ego… es una decisión consciente que se planta como una semilla que florecerá en algún momento trayendo los frutos de esa decisión. Conviene mirar alrededor y ver que es lo que hemos sembrado en otros momentos y considerar lo que quisiéramos ver brotar en primavera para cosechar más tarde. Para eso se hace presente el Invierno, para darnos el espacio de reflexión y decidir cual será nuestra producción veraniega.

Quizás hasta hace poco viviste bajo la ley del accidente en donde todo sucedía en tu vida por obra y arte de las circunstancias manejadas por el ¿cruel? destino…  pero ahora somos conscientes de que somos nosotros quienes creamos cada uno de los acontecimientos de nuestra vida y es creyéndonos merecedores de cada circunstancia como la atraemos hacia nosotros.

Invierno no goza de tanta popularidad como las estaciones más cálidas. Tenemos poco manejo con los temas internos. La mayoría le teme al viaje interior porque es ahí cuando escucharemos a nuestra alma que no siempre está satisfecha con nuestro desempeño tridimensional y aprovecha este tiempo para enrostrarnos su descontento. Todos sabemos lo que el alma nos dirá cuando estemos a solas y por eso lo evitamos, ya que no estamos dispuestos hacer los cambios que precisamos para evolucionar y preferimos mantenernos adormilados, aunque eso nos duela, pero nos acobardamos ante la aventura que significa juntar coraje para hacer esos cambios que complacen al alma y elevan el espíritu… pero ¿Hasta cuando? Hasta cuando podremos mantener esa actitud pusilánime más que indiferente? En algún momento el alma buscará un método de hacerse oír y para ello nos apartará bruscamente de nuestro espacio confortable para llevarnos hacia la incertidumbre que estamos viviendo ahora.

Este tiempo –2014– está totalmente convulsionado porque quiere conducirnos hacia la trascendencia. Basta de vidas superficiales en donde se persigue estatus, confort, prestigio, dinero y se privilegia el tener antes que el Ser…
La infelicidad es el detector infalible de que nos hemos separado de nuestro camino. Nadie vino a ser infeliz en la Tierra y por eso se nos ofrecen más de un millón de oportunidades de encaminarnos… y si no somos capaces de hacerlo pagaremos las consecuencias de ello con una buena dosis de desencanto existencial.

…y para todo esto ha llegado Invierno: para darnos unas sacudidas y empujarnos hacia el camino… es un periodo de reflexión respecto a todo lo que concierne a nuestro viaje evolutivo. No lo desaproveches. Regálate un viaje al interior y quítate los audífonos para que puedas escuchar la dulce voz de tu alma que solo anhela tu felicidad.
Integra experiencias y emociones, absorbe energías, empodérate y prepárate para el renacimiento primaveral. Estos tres meses de recogimiento son una bendición y puedes crear la alquimia transformando toda impureza dentro de ti pasándola por el corazón –coraje– para recuperar toda tu fuerza y poder divinos…

No dejes que este sea una fría estación invernal más… Atrapa rayos de sol, sácale luz a tu sombra y disfruta de estos destellos de invierno.

En Amor y Conciencia.

Me® 

 Si reenvias este texto, respeta el trabajo de la autora, no elimines ni cambies su nombre ni el texto. Cita la fuente correctamente. Se consciente de tu ética espiritual.

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