Cada mañana observo los árboles desde mi ventana y noto como ya empiezan a
vivir su lenta transformación. Las hojas han ido pasando desde el verde
brillante casi esmeralda hasta el amarillo dorado, ocres intensos, rojizo
fuerte, ciruela opaco, marrón achocolatado y vinos añejos… Poco a poco la
temporada está cambiando y así mismo mi corazón se prepara para vivir esta evolución.
Todos, sin excepción, formamos ideas de nosotros mismos y nos clasificamos en
diferentes grupos: los caucásicos, de piel blanca, de estatura media, saludables,
de un país semi desarrollado, de buena educación, de religión tal, de padres conservadores,
de abuelos europeos, heterosexuales, de buenas costumbres, trabajadores,
respetuosos de las normas, buenos amigos, etc. y con eso creamos una imagen
estática, siempre bajo esa ilusión de la estabilidad… y de pronto nos damos
cuenta que hemos ido cambiando y esa idea no se ajusta mucho a la imagen que
tenemos de nosotros… ya no nos sentimos tan orgullosos de que nuestros abuelos
hayan llegado del viejo continente, ni nos creemos afortunados de tener una
piel tan blanca… sentimos que nuestra educación fue un desastre y que hubiese
sido mejor no ir a la escuela y aprender cosas más necesarias como a respirar
conscientemente, o a crear nuestro propio huerto en casa o a cocinar sin tener
que matar a nuestros hermanos animales, o a hacer cartas astrales para conocer
la influencia de los planetas en nuestro vida y cien veces mejor sería habernos
quedado en casa aprendiendo a expresarnos con pinceles y colores en un gran
lienzo blanco… ya no nos identificamos con esa religión tal ni con un
determinado país… nos sentimos parte de este mundo, del Universo y asumimos que hemos ido dejando atrás muchas
cosas que creímos nuestras…
Hoy siento que soy como cada uno de esos árboles que veo por la ventana,
cambiando mis ritmos y colores internos… Vamos creando hojas nuevas cada año y
también nos vamos desprendiendo de otras… a veces no somos conscientes de eso y
con el correr de los años nos damos cuenta, como hoy, de lo diferentes que somos de aquellos que una
vez fuimos… Hemos dejado ir tantas cosas… y hemos adquirido otras…
Vivimos nuestras propias estaciones internas creando nuevos brotes en
primavera, madurándolos en verano y dejando caer hojas en otoño, para entrar en
el receso invernal…
Este año te propongo vivir este proceso más
conscientemente… que no pase el otoño por tu vida, sino que vívelo con todo tu
ser empezando por mirar a tu alrededor para ver las hojas de tu vida que se han
secado y deberás soltar… Revisa tus creencias, tus costumbres, tus sueños… examina
tus afectos, tus emociones, tus conflictos…Tal vez debes dejar caer como hojas
algo de esto y si quieres que entren cosas nuevas a tu vida tendrás que generar el
espacio que ocuparán… primero dejarás libre la rama para que se formen nuevos
brotes… No temas desprenderte de algunas cosas… desapégate de todo lo que no te
hace feliz… Ten el valor de escucharte y aprende a oír esa voz que sale de tu
corazón. No permitas que sean otros los que decidan como debes vivir la vida.
Haz de este otoño un espacio para el encuentro contigo mismo y recuerda que
esta nostálgica estación es precisamente una invitación a oír los susurros de
nuestra alma.
Ahí, en el silencio otoñal dedica un tiempo a mirar
los árboles y a aprender de ellos como viven esta mutación… Imprégnate de la sencillez
y humildad inherente a la naturaleza, para liberarte de cargas innecesarias…
Deja de arrastrar ese cargamento de hojas ya muertas y suelta… libérate… libera
a otros… Se libre!
Ya no eres quien fuiste hace muchos años porque
soltaste las cargas que te impedían avanzar… despréndete ahora lo que te produce
estancamiento y camina confiado en que lo que te espera es mejor… estás listo
para sacar afuera toda esa maravillosa cosecha que darás al mundo. El fruto ha
madurado y es tiempo de escucharte… y ser feliz.
Me®
Si reenvias este texto, respeta el trabajo de la autora, no elimines ni cambies su nombre ni el texto. Cita la fuente correctamente. Se consciente de tu ética espiritual.
14 comentarios:
Muy lindo mensaje!! y bastante importante lo que deja al leerlo.. gracias a quien lo escribio
QUE HERMOSO .... QUIERO APLICAR ESTO EN MI VIDA. QUITAR LAS HOJAS SECAS QUE NO DEJAN CRECER A LAS NUEVAS.....
Es exactamente lo que necesitaba oir, en este momento de mi vida..
Gracias por tus maravillosos consejos, tan sencillos y tan dificiles de realizar.
Ma-ra-vi-llo-so...
Gracias Mer, tu sabiduría es simple como las hojas del otoño.
Enhorabuena, tu blog es realmente una obra de arte.
Arturo desde Málaga.
tu sabiduria me reconforta el alma y sinceramente cuanta verdad ,,desprenderse de lascosas que pesan para que lo bueno empieze a florecer !MARTHA !!!!!!!
Dejar caer las hojas y aprovechar la primavera para dar paso a las nuevas. Qué bonito lo explicas... Es la única manera de ser feliz, o por lo menos, intentarlo.
Besitos alados, linda.
Hermosas letras Saludos
Belíssima mensagem. Grata por suas palavras. Gosto muito do blog, suas mensagens são claras, inspiradoras, nos movem o pensamento para além das aparências...outono tempo de recolhimento, reflexão. Na Luz e na Paz!
Hace poco tiempo que leo SANANDO EL ALMA.
Hoy nunca tan especial para mì, el transito de mi vida en estos momentos justamente es de soltar hojas. Hermoso mensaje, gracias!!!!
Me cayo como anillo al dedo grax
Siento qe es la respuesta a mi vida lo tengo qe aser no me siento lista pero con la alluda de mi Padre Dios se qe podre mil grasias
Gracias a todos por comentar...
Este blog tiene como única razón de ser, a ustedes...
Gracias...
Estoy lejos de la ciudad hasta el 1 de abril, así que les ruego tener paciencia si no respondo.
Abrazos otoñales luminosos.
JUSTO LO QUE NECESITO
OJALA SE ME CUMPLA
La verdad en esta etapa de mi vida debería desprenderme de muchas hojas secas que han estdo en mi vida por mucho años, me han brindado mucho aprendizaje lo siguen haciendo pues me dan la fuerza, para luchar por ellas mismas, pero a la vez quiero más de ellas pues no sienton que me llenan y solo hacen peso pero me cuesta desprenderme de ellas, pero si quiero desprenderme de lo que le hace mal a ellas para que ellas revivan.
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