"Vivir la vida espiritual no significa huir de la
sociedad. El espiritualista puede vivir en la sociedad, incluso debe vivir en
el sociedad, pero permaneciendo unido a la luz, a la sabiduría, para estar
siempre a la altura de la situación. Porque si capitula, si flaquea
espiritualmente, no sólo pierde su fuerza, su equilibrio y su autoridad, sino
que deja de ser interesante para los demás.
Diréis: «¡Pero vivir entre personas que ni tienen las
mismas aspiraciones y que no piensan como nosotros, es tan difícil!» Si, es
difícil, pero no hay otra solución. Debéis vivir con los humanos, debéis
amarlos, debéis trabajar con ellos, pero conservando siempre vuestro alto
ideal, vuestra filosofía divina. Porque entonces seréis un centro, una fuente,
un jardín, un vergel; no sólo tenéis todo lo que necesitáis, sino que poseéis
asimismo los medios para ayudar a los que os rodean."
Omraam Mikhaël Aïvanhov
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