Si algo le encanta a mi ego
capricorniano es hacer planes y mi ego escorpiano no se queda atrás porque le
gusta tener todo bajo control y es así como ellos –mis egos– me obligan a
llevar una libreta donde escribo cada cosa que debo hacer diariamente, de lo
contario podría olvidarlo y quedar entregada a la sorpresa y eso es algo que mis egos –los 17 mil que
reconozco en mi– no soportarían… pero la vida nos ha dado una lección a todos
nosotros –a mis egos y a mi– porque las energías dosmilcatorceanas nos llevan por sendas de aventura y exigen
fluir desde el corazón… nada de agendas o programas. Hay que vivir y hacer el
camino andando…
En mitad de diciembre partimos
con mi familia a la playa, apostando por días de sol, aire más puro, la cercanía
con el mar, el silencio, leer algunos libros, más conversación en eternas
sobremesas, más cercanía, muchas más carcajadas de las habituales y por paseos
al aire libre… Por supuesto yo llevaba mi agenda repleta de actividades por
realizar cada día. Hasta me había anotado en un curso de pintura…
Nada más llegar acá empezaron
las sorpresas porque una de mis hermanas debió volver a Santiago para cuidar de
la casa ya que quien la cuidaría se vio enfrentado a sus propias imprevistos. Y
yo, que había renunciado a la terea de cocinera por este año, me vi obligada a
retomarla por la partida de mi sister… a los pocos días me resfrié, pero no le
di mayor importancia, es el cambio
de clima, me
dije, pero el resfrío fue empeorando cada día más hasta que tuve que tomar
medidas extremas y en mitad de enero tomarme unos días para cuidar de mi y
reflexionar acerca de los mensajes que me enviaba el cuerpo a través de esta
enfermedad.
La vida, una vez más,
estaba oficiando de maestra y vaya si me lo dejó bien claro que lo que se lleva
en esta etapa es la no planificación… Está en boga el entregarse a vivir el
presente y dejar de tener la cabeza puesta el futuro y el corazón en el pasado…
Hay que estar presentes aquí y ahora para no perdernos este viaje maravilloso
llamado vida. Sobre todo si tomamos en cuenta que no volvemos a pasar por la
misma estación dos veces. Si nos perdimos de algo, no podremos recuperarlo así
que si tú amigo lector estás muy ocupado por temas que aún no suceden y te
estás perdiendo de jugar con tus hijos, deja ya mismo tu tableta y corre a casa
a jugar con tus pequeños porque podría ser que cuando tengas tiempo para jugar
con ellos estén tan crecidos que no quieran divertirse contigo.
Y me detengo a pensar en
que tengo un padre bastante anciano que está disfrutando como un niño pequeño y yo por andar ocupada en cumplir al pie de la letra mi agenda me pierdo de
acompañarlo en ese disfrute… Así que suelto mi agenda… la pongo entre unas
revistas sobre la estantería y me prometo no volver a tomarla hasta el día en que
regrese a la capital…
Y no hago planes (me cuesta
mucho) pero he soltado la costumbre de dejar preparadas las bandejas del
desayuno la noche anterior… Estoy aprendiendo a vivir cada instante aún en lo
practico porque es difícil vivir plenamente en el presente cuando tienes que
cuidar de otros, pero dentro de lo que se pueda intento entregarme a vivir en
el hoy y sobre todo a no hacer planes…
Por eso, mi único plan en
lo que queda de vacaciones es: no hacer planes…
En Amor y Conciencia.
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