domingo, 5 de mayo de 2013

Cuando pase el temblor…



No se preocupen, queridos lectores, no es que nuestro país esté siendo afectado por otra onda sismica, sino que cada uno de nosotros estamos siendo tan remecidos por la vida que nos encontramos justamente así: esperando que pase el temblor…

Todos quienes estamos encarnados aquí, en la Tierra, hacemos un vertiginoso viaje hacia la luz y en este momento vamos cruzando por lo que los pilotos llaman “remolinos de aire” y vivimos la mayor turbulencia del viaje.
Con cada sacudón nos desprendemos de alguna capita de ego y es similar a encontrarnos dentro de una centrífuga. Cuando pones la ropa a centrifugar, la haces girar a gran velocidad con el objetivo de separar la ropa del agua, y mientras más fuerte es la velocidad más seca sale tu ropa. Así mismo sucede con nosotros, estamos sometidos a toda esta presión con el único objetivo de separar todo lo que no nos pertenece y quedemos solo nosotros y nuestra esencia, nada más…

Estamos siendo batidos a la mayor velocidad y en ese girar y girar vamos también revisando el pasado y salen muchas cosas a la luz… Es para hacer una revisión de vida. En cada vuelta el pasado se presenta mostrándonos algunas heridas aún no cicatrizadas del todo… en otra vuelta reaparecen personas con las que no cerramos un ciclo y es un tema inconcluso en nuestras vidas… y así, de tanto girar, el presente y el pasado se mezclan obligándonos a poner atención a algunos detallitos. Ya no es tan fácil hacernos los locos y dejar pasar algunas cosas que nos causa dolor, vergüenza o tristeza recordar y enfrentar… Ya entramos en la zona de excelencia y debemos aplicarnos al máximo con el tema de “el ser” ya que las imperfecciones se notan cada día más y me refiero a esa gran capacidad que tenemos los humanos de hacer las cosas a medias o de conformarnos con la mediocridad. Es hora de empezar a hacer cualquier cosa, por ordinaria que nos parezca, de manera extraordinaria… y no me refiero a lavar los platos o barrer la acera –aunque también- sino que a manifestar nuestras luces en su mayor potencia… No te guardes nada por miedo o vergüenza, atrévete a SER eso que siempre has sido y sale del closet espiritual…

Por más que te ocultes, con cada sacudida de la centrífuga irás soltando una a una las capas de las que te has cubierto hasta ahora. Si te estás sintiendo un poco “tironeado” por la vida y quizás desesperanzado ¡Enhorabuena! Eso es porque la vida que has llevado hasta hoy ya no te satisface y tu alma está pidiendo más: Más libertad, más autenticidad, más verdad, más felicidad…

Ahh… pero puede que te sigas aferrando con fuerzas a todo eso que la vida te pide soltar y estás en tu derecho, nadie te obliga a hacer lo que no quieras, pero entonces abrocha muy fuerte tu cinturón de seguridad porque los zarandeos serán más y más fuertes cada vez, hasta que sueltes toda esa coraza que te impide escuchar la voz del alma… y no saques un cotonete para limpiar muy bien tus orejas, porque para oír la voz de tu alma solo necesitas un poco de quietud y por eso te invito a que en estos días ceses todo el ruido exterior y te quedes un poco en silencio… silencio para escucharte solo a ti.

…Y te recuerdo que no estás solo… todos vamos viajando juntos en este bamboleado viaje y estamos siendo sostenidos desde arriba: Hay Ángeles y Maestros Ascendidos cuidando de nosotros… Mientras tanto, sosténganse muy bien y esperen... hasta que pase el temblor…

Me® 

 Si reenvias este texto, respeta el trabajo de la autora, no elimines ni cambies su nombre ni el texto. Cita la fuente correctamente. Se consciente de tu ética espiritual.

3 comentarios:

Cristi dijo...

Que bello Mer, es asi justamente como me he estado sintiendo, sacudidas, remezones y jaloneada por la vida y las circunstancias.
Un abrazo en la luz.

Anónimo dijo...

Que fraguado y realista!!!Parece me estubieras hablando a mi y te felicito, un viaje diluido donde el amor sea nuestra guia y la luz resplandeciente nos ilumine..besos

Romina E. dijo...

GRACIAS!!!!
Es lo primero que me sale al leer tu post. Me encanta este lugar, siempre me doy una vuelta.
Beso!

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