En estos tiempos de cambio, cuando la humanidad
empieza a volcarse hacia el espíritu, aparece un nuevo producto de consumo y
vemos como la espiritualidad se ofrece como un bien más, y hay muchos que están
dispuestos a consumir este producto que se vende al mejor postor.
Somos una raza acostumbrada a la comodidad y nos encanta
manejarnos con fórmulas ya probadas por otros y creemos que si a Chopra le
funcionó, funcionará también con nosotros y por eso vamos atentos a los avances
del otro, porque creemos que así avanzamos nosotros… Crasso error… eso puede
significar justamente nuestro estancamiento ya que, tal vez nuestro camino iba
dirigido hacia el crecimiento por experienciar otras cosas…
También nos gusta ir a presentar nuestros
problemas a los demás, algún tarotista, astrólogo o vidente para que ellos nos
digan que debemos hacer, y somos capaces de pagar con una cierta suma de dinero
por salir de allí con la receta mágica que dará solución a todos nuestros
conflictos. Pero no es tan fácil…
La espiritualidad no es teórica ni dogmática… se vive y se nutre de sensaciones, sentimientos, experiencias… Debemos hacer un
pequeño -o quizás mayor- esfuerzo para lograr soluciones, pero nuestro mundo
materialista y comercial, rápidamente transforma todo en objetos de consumo y
estamos viendo la época del mayor “consumismo espiritual”. Creemos que leyendo
libros espirituales o repitiendo mantras en forma mecánica lo lograremos. Memorizamos frases
de Osho, Chopra, Tolle, Dyer, Coelho y de quienes creemos los gurúes de la
modernidad y repetimos así las conclusiones a las que han llegado otros, que
pueden ser maravillosas, pero si no lo hemos experimentado no sirven de nada.
La base de la espiritualidad es la experiencia y
si no hemos vivenciado en carne propia, de nada nos sirve extraerla de un
libro y transmitirla como la vivió otro, por maravillosa que nos parezca.
La diferencia entre conocimiento y sabiduría es
que el conocimiento es teórico y mental y la sabiduría es vivencial. Y
sabiduría y espiritualidad caminan siempre tomadas de la mano.
Podemos quemar toneladas de incienso en nuestras
casa, llenar de banderas tibetanas de oración, entonar todos los días mantras, meditar
días enteros, llenarnos de gotitas mágicas, vestirnos de blanco u otro color, hacer sonar los cuencos
tibetanos, o comer solo verduras y tomar tisanas verdes, o tener en nuestras
mesitas de noche libros de todos los autores más representativos del espíritu… y
nada de eso nos vuelve espirituales
Muchos viajan por el mundo siguiendo a los gurúes
de turno y se sienten de lo más evolucionados, otros cambian sus vidas y
costumbres para adaptarse a alguna creencia y miran despectivamente a quienes
siguen en su tradición.
Y todo esto sucede por la falta de valorización
hacia nosotros mismos. Nos han inculcado tan fuertemente que todo lo bueno, lo
bello, lo puro, lo sagrado está allá afuera, en algún lugar o en algún otro que
ha sido bendecido con la gracias de Dios y por eso nos desgastamos buscando
allá, en otro país, en otra persona, en otro ideal… cuando lo único que
deberíamos hacer es buscar dentro de nosotros…
Ya es tiempo de dejar ese consumismo espiritual y
desarrollar nuestras propias herramientas espirituales.. Un buen guía te
ayudará a despertar tu propio potencial interno, en vez de hacerse seguir. Un
libro puede orientarte pero jamás convertirse en tu conciencia… Vestirse de
blanco ayuda a equilibrar tu vibración, pero también puedes lograrlo estando
desnudo… Todo sirve como instrumentos pero no es la espiritualidad en si.
Permite que tu vida sea una obra de arte única y
saca lo mejor de ti… no caigas en ese consumismo espiritual que no es más que
otra manipulación del ego. La espiritualidad se vive desde el corazón así que
elige solo lo que resuene con él. Escucha tu intuición y no permitas que otros
te digan como vivir tu vida y tu espiritualidad… Llegó la hora de confiar en ti
mismo y darle cabida a tu propio desarrollo.
Recuerda siempre: Tú eres una chispa divina en
constante evolución… eres único e irrepetible y debes sacar lo mejor de ti… Tu
esencia o espíritu es tu sello, tu impronta y no debes dejar que se pierda y
desaparezca en medio de otras…
Enciente tu chispa divina y permítele convertirse
en una llamarada capaz de iluminar a toda la humanidad…
Si reenvias este texto, respeta el trabajo de la autora, no elimines ni cambies su nombre ni el texto. Cita la fuente correctamente. Se consciente de tu ética espiritual.
4 comentarios:
que articulo mas en su hora, me viene como anillo al dedo.Llevo tiempo buscando sin encontrar haciendo sin obtener y sintiendome mal por no hacer algo que me han dicho que tengo que hacer pero que yo no siento,y por fin veo un articulo acorde a lo que yo siento, gracias por recordarme que todo esta en mi.Namaste
Hola estimada Mer! dirás estimada? es que yo también soy aprendiz y una de las cosas que he aprendido recientemente es que todos somos parte de un todo, por lo tanto todos estamos perfumados con el mismo amor de Dios y tus palabras en este y otros artículos han llegado en el momento exacto muchas veces. Estimo lo que compartes.
Namasté
Lisbeth
mi encanta tu blog ,gracias por estar ahí es tan cierto lo que dices ,ya hace algun tiempo mi cuerpo mi yo mi ser quiso buscar un cambio ,deje de fumar ,deje de trasnochar ,sentia c,que debía aprovechar el día al maximo ,me empezé a sentir más empatica todo un vuelco y maravillosas experiencias ,qué ni sé como llgaron y seguro tenían que llegar entre esas cosas ,libros ,tu blog y cosas parecidas ...y analizo si es solo moda ,pero me he dado cuenta que en mi caso no,gracias tu articulo me confirma que mi espiritualidad viene solo de mi ser .
Totalmente de acuerdo y gracias a Dios que se publica una reflexión como esta que nos resitúa en el camino y muestra la fragilidad de incluso la espiritualidad en manos del ego. Gracias de corazón por el beneficio de estas palabras para mi alma.
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