Entonces, dijo una mujer: "Háblanos de
la Alegría y la Tristeza"
Y él respondió:
nuestra alegría es nuestra tristeza sin
máscara.
Y el mismo pozo del que mana nuestra risa,
ha estado con frecuencia lleno de nuestras lágrimas.Y ¿cómo podría ser de otra
manera?
Cuanto más profundo ahonde el pesar en
nuestro corazón, más alegría podrá contener.
¿No es la copa que guarda nuestro vino la
misma copa que estuvo fundiéndose en el horno del alfarero? Y el laúd que
serena nuestro espíritu ¿no es la misma madera que fue tallada con cuchillos?.
Cuando temblamos de alegría, miremos en lo
hondo de nuestro corazón y comprobaremos entonces que sólo aquello que nos
produjo dolor y tristeza también nos dio alegría .
Cuando se tiembla de tristeza, debemos
mirar de nuevo en nuestro corazón, y comprobaremos que estemos llorando por lo
que antes fue nuestra alegría. Algunos de nosotros decimos: "La alegría es
superior a la tristeza", y otros: "No, la tristeza es
superior."Pero yo os digo que ambas son inseparables.
Juntas llegan, y cuando una se sienta
a nuestro lado en la mesa, la otra espera durmiendo en nuestra cama. En verdad,
estamos suspensos, como fiel de balanza, entre nuestra alegría y nuestra
tristeza, sólo cuando estamos vacíos nos sentimos quietos y equilibrados.
Cuando el guardián del tesoro nos llame
para pesar su oro y su plata, nuestra alegría o nuestra tristeza harán oscilar
a un lado o a otro el fiel de la balanza.”
Khalil Gibrán.
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