Camino por la calle sintiendo el viento aún cálido y los sutiles aromas de
otoño… me detengo a mirar como caen en suaves cascadas las hojas de los árboles...
Pienso…
Añoro…
Siempre me llamó la atención esto de que la vida tenga distintos
ciclos en lo externo así como en lo interno. Antes amaba la parejura y hubiera
congelado los instantes que me hacían más feliz… No me gustaba esto de los
cambios. Siempre el mismo peinado, el mismo estilo de ropa, Soñaba que algún
día quedaría congelada en ese instante sublime para vivirlo eternamente. Me
causaba dolor cambiar de una estación a otra, de un curso a otro, de una ciudad
a otra… Mi exceso de planetas en signos fijo no me facilitaba las cosas.
… Pero aprendí…
Ahora vivo la alegría de no saber que va a suceder mañana. Me encanta
pensar en la vida como en una aventura más y me despierto ansiosa por saber que
nueva experiencia me traerá la vida…
Ahora vivo esta experiencia otoñal que no se que me trae… Me quedo
unos instantes contemplando el paisaje otoñal antes de entrar al cálido refugio
de mi hogar… miro por la ventana la alfombra de hojas que caídas y mi alma se
estremece de emoción… Todos los recuerdos acuden a mi y recibo el aviso para
acudir a mi cita imperdible de cada año: El encuentro con mi interior… Aunque
parezca un tanto egoico, me encanta encontrarme conmigo misma y revisar como he
andado la vida… Disfruto del clima suave, los primeros vientos helados y
disminuyo las salidas… Es tiempo de dedicarme al trabajo y estudios y me
concentro en eso.
¡Bienvenido Otoño! Llegas a mi en el momento justo, cuando mi alma y
mi cuerpo piden a gritos descanso y retraimiento…
Gracias por llegar siempre puntual a mi vida…
2 comentarios:
Que bonito..
ya se que es una entrada antigua pero me encanto.
Felicidades Mer, soy adicta a tu blog.
Lo sencillo a veces es lo más bello..gracias por recordarnoslo..
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