Son tiempos en que todo el mundo
habla de consecuencia. El mundo de la política y la pseudo espiritualidad está
lleno de personas que predican a diario la total congruencia de sus actos. Nos
esforzamos por ser coherentes con nosotros mismos y con el resto y muchas veces
no nos damos cuenta de que precisamente, en ese esfuerzo por demostrar
consecuencia, nos estamos alejando de ella.
La consecuencia no requiere de esfuerzo porque te permite fluir desde tus pensamientos y sentimientos y en concordancia con ellos actuar… Nunca te engañarás en el actuar si estás fluyendo directamente desde el corazón…
Trabajé muy cercanamente con políticos de este y de otro país y vi como para ellos la consecuencia no es más que una estrategia para conservar una imagen que generalmente es inventada… Y muchos van por la vida así: Mostrando una consecuencia que no es tal, solo por mantener una apariencia.
Ahora mi pregunta es ¿Consecuencia con qué? Porque si soy congruente con lo que pienso y siento deberé actualizar cada tanto mi consecuencia porque sería ridículo que fuera consecuente con lo que pensaba hace 20 años, así como con lo que sentía y como actuaba.
Tal vez por eso es que se hace cada vez más difícil el tema de la consecuencia porque somos seres dinámicos, vivimos un desarrollo constante y a medida que avanzamos por la vida podemos modificar nuestros ideales, sentimientos, pensamiento, y es por esto que cuando vivimos “para afuera”, en el mundo de las apariencias, podemos quedar atrapados en la consecuencia.
La única manera de estar libres de esta trampa es hacer conciencia de que la única consecuencia es contigo mismo y esa consecuencia te lleva a ser consecuente con los demás… La consecuencia contigo mismo, con tu sentir, con tu pensar y con tu actuar es aquella que viene desde lo profundo de tu alma… Si hace 20 años juraste que serías hippie toda la vida y ahora ese ideal no te mueve ni un pelo, pues atrévete a cambiar… ¿Qué los demás se reirán y te lo sacarán en cara? Qué importa? Lo importante es ser consecuente con ese eterno fluir que produce el crecimiento interior…
La consecuencia vista por ojos mundanos solo produce estancamiento y lleva a la muerte. Mueres cada vez que no eres sincero contigo y con la vida. Tampoco hay que convertirse en una veleta que va y viene y que cada día tiene una opinión distinta pero si es bueno meditar acerca de lo que pensamos o sentimos respecto a una idea o un sentimiento…
Aquel que se atreve a los cambios es más consecuente que cualquiera porque está siendo honesto consigo mismo y con los demás… Pero si por demostrar consecuencia sigues atado a ideas, estructuras, situaciones y relaciones que ya murieron estás siendo muy falso contigo y también con los demás porque vives y muestras una mentira…
Recuerda siempre que la consecuencia va en estrecha relación con el sentir, pensar, decir y actuar y no solo con el decir…
Somos como un río que fluye constantemente y nuestras aguas nunca se mantienen en quietud y así vamos avanzando y creciendo y nuestro paisaje se va transformando cada día, vamos incorporando cosas nuevas y dejando otras atrás… No somos los mismos de ayer ni tampoco los de mañana…
Quedarme atrapado en lo que fui ayer si que sería una inconsecuencia… y pretender que mañana seamos el que hoy otra inconsecuencia…
Vive! Que no hay mayor consecuencia que vivir...
Me®
La consecuencia es un tema que preocupa solo a quienes necesitan demostrar algo. La única consecuancia importante es aquella que nos permite la lealtad con nosotros mismos. En la medina en que no nos fallamos a nosotros, no le fallaremos al resto.
ResponderEliminarSiempre iluminadoras tus notas Mer.
Siempre, siempre la consecuencia nace de adentro hacia fuera, no al revés... yo creo que aunque algunos traten de fabricarla, al final se les nota su inconsecuencia...
ResponderEliminarLinda nota, un refresco para el Alma.
Cariños.
Estimad@s muchas gracias por compartir éste hermoso mensaje. que tengan un lindo día y muchas bendiciones!!!!
ResponderEliminarsaludos cordiales,
Lorena Salvo
Gracias por esta nota refescante que nos libera de la culpa de la consecuencia. Ser consecuente con el aquí y el ahora es la mayor consecuencia.
ResponderEliminarFelicidades Mer porque posees la suprema sabiduría de lo simple.
Cuando la preocupación por las consecuencias está supeditada a lo que dirán los demás entonces no existe libertad en dicha persona.
ResponderEliminarPero si uno va a realizar una conducta fuera de la norma sí es importante fijarse en dos aspectos: 1º la conducta presente a realizar 2º las consecuencias de sus actos en el presente inmediato.
El poder observar las posibles consecuencias futuras pueden servir para analizar lo que en el momento presente se desea realizar.
Ahora bien, ser auténtico lleva a la persona a vivir en consonancia con lo que es. Sin embargo, aquella persona que vive en disonancia cognitiva (afirma una cosa pero hace otra) en realidad no se preocupa de las consecuencias pues al tomar partido por lo que en el fondo cree opta por ella.
Toda conducta realizada tiene consecuencias, sería ingenuo pensar que las conductas realizadas no la presentan.
Pero si podemos encontrar un punto positivo al planteamiento de la consecuencia sería el hecho concreto de que tendremos una y otra vez la oportunidad de rectificarnos en un sentido u otro, de poder avanzar hacia adelante, de seguir construyendo una vida equilibrada para sí mismo.
Es así... nada más honesto que expresarse y vivir de acuerdo con lo que se siente... sin reprimir ni mostrarnos como se supone que debemos ser. ¿Miedo a las críticas?... lo harán de todas formas... ¿Miedo a perder?... lo que conseguimos con una máscara, realmente no nos pertenece.
ResponderEliminarExcelente reflexión.
ResponderEliminarFelicidades!
Increible tu nota Mer, es lo que siempre he creído pero no era capaz de expresarlo con palabras.
ResponderEliminarEstamos tan sujetos a esas etiquetas que pone la sociedad acerca de la espiritualidad que me costaba aceptar que lo que el mundo tilda de espiritual es a veces lo contrario.
Gracias Mer, has llenado de paz mi alma