Querido Otoño, esta tarde hiciste tu entrada triunfal en estas latitudes y te doy mi más cordial
bienvenida…
Te diría que eres mi estación
favorita, pero la verdad es que compartes esa preferencia con mi amada
primavera. Los amo a los dos como se quiere a los hijos… con la misma
intensidad, pero de un modo diferente. Soy feliz en ambas estaciones por
razones bien distintas.
Adoro pisar las aceras que
alfombras de hojas doradas, marrones, ocres y hasta moradas… Me encanta la
brisa fresca de las mañanas y los nostálgicos atardeceres. Disfruto de llegar a
casa tamprano, meterme en la tina tibia con sales, rodeada con mis velas
aromáticas y la mejor música de relax… para salir después completamente relajada y tomarme
mi chocolate caliente con marsmallow e irme a la cama a leer o escribir algunas letras.
Otoño, quiero decirte que desde
hace algunos años eres mi Maestro… me has enseñado importantes lecciones desde
tus divinos silencios que, siempre son una invitación a la reflexión.
Lo primero que aprendí de ti fue
tu arrojo y humildad: Como eres capaz de hacer tu entrada, aún sabiendo que no
eres la estación que goza de mejor fama, y aún con ese bajo raiting, tú eres fiel
a tu esencia y no intentas emular a las estaciones más populares, solo para tener
más seguidores y entras bajando las temperaturas y acortando los días solo para
crear un espacio de paz en cada corazón.
Lo segundo que me enseñaste, fue a
no temer al recogimiento… amar el viaje interior y a amigarme con el sacro silencio
para poder escuchar tus mensajes… No fue nada facil al comienzo cuando costaba
bajar el ritmo del acontecer cotidiano para poder oirte… pero poco a poco
fuiste ganándote tu espacio y ahora eres ya un visitante ilustre en mi vida.
También he aprendido el desapego…
a dejar partir de mi vida lo que ya cerró un ciclo. Veo pasar el viento
barriendo las hojas de tus ramas y como tú te entregas a la experiencia de
soltar… sin lágrimas, sin heridas… solo fluyendo en el eterno ciclo natural de
la vida…
Eres tan sabio Otoño que llegas
justo en el momento en que cuerpo y alma necesitan menguar su actividad y,
aunque la mayoría lo vive de un modo inconsciente, tú haces tu labor en forma
desinteresada y eficaz.
Esta es mi carta Otoño, solo para
decirte ¡GRACIAS! Por haber sido perseverante en la conquista de mi corazón… ya
soy tu amiga, tu fans, tu relacionadora pública y tu incondicional…
Estaré atenta a tu respuesta
durante estos tres meses en que viajaremos juntos en este recorrido por el
planeta…
Sin más que decirte, me despido
atentamente y con el corazón lleno de emoción por recibirte…
Si reenvias este texto, respeta el trabajo de la autora, no elimines ni cambies su nombre ni el texto. Cita la fuente correctamente. Se consciente de tu ética espiritual.
Hermoso !!!
ResponderEliminarLlega a mi justo en un momento muy especial en mi vida..una etapa de angustia y mucha pena por haber perdido a esa persona a la cual amaba...
ResponderEliminarLleno mi alma al leerlo...
Muchas gracias...
Llega a mi justo en un momento muy especial en mi vida..una etapa de angustia y mucha pena por haber perdido a esa persona a la cual amaba...
ResponderEliminarLleno mi alma al leerlo...
Muchas gracias...
Hermoso!"" Otoño mi estacion del año favorita. Que pasen.el mas bello otoño a mi.me falta yo entro a primavera . Haaaaa bendiciones.
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