martes, 12 de enero de 2010

ALQUIMIA de la transmutación Celular:


El cuerpo humano tiene 60 trillones de células. La célula es la base del organismo. Cada célula posee inteligencia propia y está programada para cumplir en armonía, gracias a su programa computacional, su específica función en el órgano que la agrupa, manteniendo un constante "diálogo" con otras células y el cerebro. La aceleración externa y todos los factores estresantes que nos rodean estimulan la zona densa mental con emisión de pensamientos "basura" cuyo punto final es la célula, estos pensamientos inducen la pérdida de la armonía en el trabajo celular dando lugar a enfermedades de todo tipo, algunas llamadas psicosomáticas o somatización de las tensiones. Trabajan nuestras fieles y abnegadas células sin descanso como una fábrica altamente organizada, usan su central eléctrica o mitocondria que administra la energía del metabolismo mediante enzimas, estando el comando central en el núcleo celular con el ADN y los genomas que mediante la clave genética rigen la división o multiplicación celular. Toda la información hereditaria está almacenada en 100 millones de genes en cada célula. La célula se mantiene viva gracias a la fuerza vital del alma que le llega desde el subconsciente, fuerza que la diferencia de la materia inanimada o muerta y le permite actuar como un computador programando a sus moléculas, y formando nueva materia específica como las hormonas  y los anticuerpos por ejemplo. Cada pensamiento positivo que llega al cerebro, forma allí, mediante Alquimia cerebral, su específico agente neurotransmisor codificado y viaja  acompañado de él, llegando a todas las células del organismo, estimulándolas a trabajar en armonía y las ayuda a recuperar y mantener el natural estado de salud, mediante una Alquimia celular, movilizando átomos y moléculas, creando nueva materia y transmutando otra, como sucede a cada instante las 24 horas del día, todos los días. Interrumpida la energía subconsciente se produce la muerte celular y del organismo. Los átomos son los mismos, es decir siguen "vivos", no desaparecen, pero su agrupación carece ya de la chispa divina que permite manifestar la vida orgánica. El Genoma humano nació con el primer hombre teniendo un 50% de genes homínido con un 50% de genes divinos. De manera gradual se ha nacido, vida a vida, con más genes divinos y menos genes humanoides. Ahora, cada pensamiento positivo está potenciado en su Fuerza por factores cósmicos y planetarios que lo llevan a la Gran Alquimia de transmutar en cada célula los genes primitivos por genes divinos gracias al Mejor Pensar.
 
Es decir:

EL GRAN ALQUIMISTA ERES TÚ ACTUANDO EN TI MISMO Y POR TI MISMO


Dr. Iván Seperiza Pasquali©


Me® 

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