Amanezco
hoy por la fuerza del cielo,
la
luz del sol, el esplendor del fuego,
el
resplandor de las llamas,
la
velocidad del viento, la rapidez del rayo,
la
firmeza de la roca, la estabilidad de la tierra,
la
profundidad del mar.
Amanezco hoy por la fuerza secreta y divina que me
guía.
dejar que esa fuerza secreta y divina guíe nuestra vida es primordial para que no vayamos con el piloto automático dirigiendo y manipulando, y acabemos pifiandola.
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