sábado, 28 de abril de 2012

Creando Realidad o fantasía?



…– La verdad es que ya me quedó chica la 4D, espero ansioso pasar a la 5D – me dice mi amigo Paulo y yo lo quedo mirando con cara de algo porque lo repite con mayor énfasis… Me río y le digo: ¿No será mucho? – No, no es mucho, es poco, porque con mi alto nivel de evolución ya debería estar en 7D u 8D… –  entonces me río a carcajadas y le digo que aterrice, aunque soy consciente de que para él es muy difícil bajar de esa nube que lo mantiene a años luz de la realidad porque es Aries, con Asc. Sagitario y ¡Luna en Leo!

Y es así como muchos vivimos cuando es el ego quien gobierna nuestras vidas: creamos una fantasía, y vaya si es una ilusión Mr. Ego, aunque muchos creen ser esa invención creada por ellos mismos.

Una de las tareas tristes –pero crecedoras– que tuve que hacer hace muchos años, cuando ingresé a una Escuela de Estudios Esotéricos en Buenos Aires, fue prestarme para un ejercicio que consistía en salir de la sala donde nos encontrábamos y quedarme en el pasillo para escuchar lo que decían de mi… Bastó que el Maestro dijera: “ella no me cae muy bien” para que todos saltaran con numerosos argumentos que sustentarían lo dicho por el Maestro… fue un duro despertar, pero me sirvió para aprender que no importaba cuanto me esforzara en ser “buena”, los demás guardarían cero lealtad a mis actos y me dediqué a ser yo misma… y tal vez me fui al extremo y que empecé a “ser mala”… ya que así es como ve el rebaño a las personas que se atreven a salir de la manada, que expresan sus sentimientos y pensamientos, que no aceptan ciertas invitaciones que no sintonizan con su vibración y no se engancha en situaciones que nada aportan al desarrollo espiritual y deja ir todo lo que ya no le representa porque elige crecer interiormente en vez de exteriormente y decide SER, antes que parecer…

Todos creamos así nuestra realidad. Algunos simplemente la sueñan… pero si no estás bien despierto confundes la realidad con la fantasía. Y en el camino espiritual hay más gente dormida que en cualquier otro ámbito porque la mayoría sueña estar despierto ya que cree que por poseer bastante conocimiento (generalmente dogmático) se ha iluminado… pero conocimiento no es sabiduría así como teoría no es igual a experiencia.

Siempre recuerdo a un maestro que nos decía: Cuando despiertes de veras descubrirás que solo has estado soñando a estar despierto… y así es… Todos en la primera etapa de nuestro despertar caemos bajo un profundo estado soporífero del despertar que nos hace sentirnos especiales, que somos los conocedores de la papa, que tenemos que salvar al mundo y otros síntomas que seguro reconocerás. Queremos ponernos una capa de súper héroes para salvar a la humanidad. Es lo que se llama la fase de predicador ya que vas contándole tu verdad a todo el mundo porque sientes que posees el gran secreto para salvarlos a todos… y hay algunos tan osados que hasta escriben un pequeño libro que nadie jamás compra pretendiendo entregarle a los demás la receta para ser felices o tener éxito… hasta que llega el momento de darse cuenta de que permanecen tanto o más dormido que antes, solo que ahora han alcanzado mayor conocimiento y eso les hace sentirse especiales, tan especiales como creer que están por sobre los demás e incluso llegar a proclamar que su misión es iluminarles el camino al resto, quienes vienen detrás de ellos… ¡Vaya ego!
Ahí comprenden que los conocimientos no son para mostrarlos sino para aplicarlos y así todo lo demás les vendrá por añadidura…

Una vez que llegas a la profunda Sabiduría espiritual sabes que no necesitas guiar, enseñar o iluminarles la senda a otros porque cuando un alumno está preparado aparecerá su maestro y hay que confiar en que el Universo se hará cargo de ello. Cualquiera que se autoproclame maestro o esté buscando que lo sigan no camina precisamente por la senda de la iluminación y seguro está más dormido que cualquiera…

Y quien pretenda enseñarte a crear una realidad deberá primero dar ejemplo mostrando su propia realidad –verdadera y concreta– que se han creado ellos mismos… porque la mayoría solo se crea una fantasía de logros y alegrías para mostrar… y por dentro están tan vacíos que necesitan llenarse de quimeras…

Y tú ¿Estás creando realidad o fantasía?  ¿Sueñas con crear o lo haces verdaderamente? ¿Manifiestas la realidad que soñaste o eres un soñador de realidades? Recuerda siempre: Por sus frutos os conocerán… y si la semilla que esparces no crece será mejor dejar de vivir ese letargo, despertar ahora mismo y empezar verdaderamente, con conciencia y consciencia a crear realidades… pero realmente reales…

Me® 

 Si reenvías este texto, respeta el trabajo de la autora, no elimines ni cambies su nombre ni el texto. Cita la fuente correctamente. Se consciente de tu ética espiritual.

jueves, 26 de abril de 2012

Expectativas...




Una de las razones por las que más sufrimos los seres humanos es por crearnos expectativas acerca de todo…

Tener expectativas es crear una ilusión acerca de algo, alguien o nosotros mismos.
Desde la infancia primaria empieza nuestra mente a crearlas con frases como “cuando seas grande”, “cuando entres al colegio”, “cuando aprendas a leer”, “cuando te enamores”, “cuando salgas del colegio”, cuando te cases”, “cuando tengas tu negocio”, “cuando te jubiles… etc… y así se nos va pasando la vida. Siempre expectantes de algo o alguien…

Difícil vivir sin expectativas… sería quitarnos las esperanzas de eso, dejar de ilusionarnos con lo otro, no tener ambición de aquello… y dejar de vivir en tiempos lejanos para quedarnos aquí, en el instante presente…

De pronto nuestras grandes decepciones son a causa de que las personas no cumplen con las expectativas que tú tenías de ellas y no somos capaces de darnos cuenta de que no es la persona la que nos ha defraudado sino que somos nosotros mismos. Lo mismo pasan con lugares a los que viajamos y al llegar quedamos decepcionados y decimos “no es lo que yo esperaba”… y ese es el tema ¿Por qué esperar? ¿No sería más simple y bello entregarnos con confianza a todo lo que la vida nos regala?

Ser maduros es aceptar que los demás tienen conceptos de vida diferentes, una formación valórica heredada de sus familias que no es la tuya, y aunque lo fuese… Cada ser viene a vivir su propio proceso… Detenerse en esperar cosas de los demás es estancar la propia evolución, sufrir por cosas que nada aportan al crecimiento y sobre todo perder un tiempo precioso.

La vieja idea de que debemos complacer a los demás, hace que los otros también se formen expectativas acerca de nosotros y así muchas veces somos nosotros quienes decepcionamos al resto simplemente porque esperaban que dijésemos o actuásemos de una determinada manera. Todos hemos sido “descartados” por alguna amistad o grupo social por no llenar las expectativas de ellos…

Me pasa continuamente que la gente se hace ideas de que por moverme en el mundo espiritual no puedo ser tan espontánea y alegre… que debería mirar con ojos lánguidos, vestir alguna túnica y llevar un japa mala en la mano… y tantas cosas que son estereotipos de grupos religiosos más que de espiritualidad… y hay muchos que todavía creen que la espiritualidad es un uniforme que debemos llevar, cuando sería justamente lo contrario.

Quizás una de las cosas que debemos soltar en este Otoño sean las expectativas… dejar de esperar cosas de los demás, de la vida e incluso de uno mismo. Viviremos más libres, más ligeros sin tener un boceto de lo que la vida me traerá…

Y recuerda que no es lo mismo tener expectativas de algo que soñar con algo que podemos llegar a concretar.

Los sueños vienen impregnados de la magia que nosotros les ponemos para volverlos realidad…
Las expectativas es ponerle límites a esos sueños…

Así que desde ahora les deseo un mundo libre de expectativas y lleno de sueños…

Me® 

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lunes, 2 de abril de 2012

El mundo se acabó




Para todos aquellos que viven la lenta agonía de esperar el 21 de diciembre del 2012 como el fin del mundo, les digo nos esperen más porque este mundo ya se acabó.
Se acabó el mundo en que nacimos. Un mundo de ilusiones. Ese mundo en donde nos enseñaron que no se puede llorar porque era malo, donde nos decían que adquirir fama, posición y dinero era lo más importante de la vida… ese mundo en que los hombres podían engañar, golpear y abusar de mujeres y de niños… ese mundo en donde la palabra de algún hombre que se decía de Dios, era infalible…  ese mundo en donde se aspiraba a tener y acumular para sentirse superior a los demás…Ese mundo en donde lo más importante era la apariencia y se te juzgaba como persona por la ropa que llevabas o el barrio en que vivías…

El mundo que tenemos ahora es tan distinto… ya no le tememos a la verdad y vamos por la vida viviendo desde el corazón. Ya no hipotecamos nuestras vidas por un trabajo y aspiramos a vivir más conscientes y felices… Solo unos pocos ilusos creen aún en los políticos y la gente va menos a los templos porque halló a Dios en su corazón… Ahora aceptamos que cada ser es una totalidad y le permitimos crecer… Estamos aprendiendo a aceptar que cada ser es diferente y aprendemos a valorar y respetar la diversidad.

Ese mundo en el que nacimos, ese mundo tal y como lo conocimos ya se acabó… Vivimos en una época de cambios vertiginosos y de desarrollo espiritual. Estamos creando nuestro propio mundo… El fin del mundo ya fue…
Ahora se están cimentando las bases de un mundo más sano, en donde la educación será integral y en donde no existen diferencias raciales ni sociales.

La humanidad entera deja su estado de Pupa y se convierte en esa mariposa que siempre ha sido… bella… radiante… luminosa…

Por eso estimado lector, te pido que no gastes energía esperando un fin del mundo al más puro estilo hollywoodense porque te sentirás defraudado. Espera si los frutos del  gran cambio que ya se inició… sobre todo desde la conciencia…
Poco a poco la humanidad terminará de despertar y se asentarán las bases de  una sociedad más armónica y justa… y tú eres parte importante de este cambio que se está gestando… Tu energía y entusiasmo  son necesarios… No te quedes afuera y…

¡Bienvenido/a a este Nuevo Mundo!!


Me® 

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Soltando Amarras...



Si nuestra percepción pudiera captar las sutiles energías que nos entrelazan a todos, descubriríamos que somos una enorme madeja de hilos, todos unidos por fuertes lazos energéticos de simpatías y afectos, y también de odiosidades y rencores.
La energía del nuevo tiempo nos quiere libres… y estos lazos nos atrapan y son como cadenas que nos anclan a la 3era densidad y nos impiden avanzar.
Vivenciamos una época de vertiginosos cambios y la frecuencia vibratoria del planeta, de nosotros y hasta del aire han aumentado y nos exigen vibrar al tono, pero se nos hace difícil si no cortamos esa cadena que nos liga a la baja vibración.
Sabemos que en el Universo todo vibra y así nosotros emitimos vibración con el pensamientos, las emociones, la palabra y los sentimientos. Cuando amamos estamos vibrando en tonos muy altos y el Universo se regocija en recibir esta energía, por el contrario, cuando nos enojamos y odiamos, vibramos tan bajo que todo se vuelve denso y nos movemos como si arrastráramos una pesada carga… y así es. Nada pesa tanto como un cargamento de enojos, iras, recuerdos desagradables y problemas no resueltos, así como el apego, que muchos confunden con amor y viven apegándose a otros porque los necesitan para representar el gran teatro de la vida.
Se hace imperioso, en este momento, trabajar conscientemente en derribar todos los bloqueos emocionales. Necesitamos estar libres para poder avanzar y ligeros para elevarnos. Cada enojo, cada mala palabra, cada rencor es una cadena que nos ata a otros seres y que nos unen hasta que no cortamos esa atadura con el perdón. Un sencillo acto de aceptación o de perdón para quienes lo necesiten, pero de corazón puede aligerar notablemente tu carga.
Así como tanto se habla de ascensión, debemos asumir que se asciende en estado de plena pureza y eso requiere de honestidad para ser lo que realmente somos, cortar con cadenas como el prestigio, la respetabilidad, el orgullo, la soberbia… Para ascender solo podemos llevar esa liviana carga que es la alegría, los sueños, el amor, la sinceridad, el perdón… porque así estaremos tan ágiles y livianos que nos volveremos tan ingrávidos como una pluma… y estaremos listos para elevarnos…
No es fácil cortar las cadenas que todos llevamos, pero de a poco, eslabón por eslabón podemos hacerla cada vez más pequeña y de pronto, cuando hayamos cortado el último grillete, seremos libres…
Me® 

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