miércoles, 26 de marzo de 2008

La dimensión real


"La memoria es frágil y el transcurso de una vida es muy breve y sucede tan deprisa que no alcanzamos a ver la relación entre los acontecimientos, no podemos medir la consecuencia de los actos... por eso mi abuela Clara escribía en sus cuadernos, para ver las cosas en su dimensión real."

Isabel Allende (La casa de los Espíritus)

Me®

martes, 25 de marzo de 2008

El árbol que no sabía quien era


Había una vez, algún lugar que podría ser cualquier lugar, y en un tiempo que podría ser cualquier tiempo, un hermoso jardín, con manzanos, naranjos, perales y bellísimos rosales.
Todo era alegría en el jardín; y todos ellos estaban muy satisfechos y felices. Excepto por un solo árbol, profundamente triste.
El pobre tenía un problema: no daba frutos. "No sé quién soy," se lamentaba.
- Lo que te falta es concentración,- le decía el manzano,- si realmente lo intentas, podrás tener deliciosas manzanas. ¿Ves que fácil es?
- No lo escuches,- exigía el rosal.- Es más sencillo tener rosas y ¿Ves que bellas son Y desesperado, el árbol intentaba todo lo que le sugerían. Pero como no lograba ser como los demás, se sentía cada vez más frustrado.
Un día llegó hasta el jardín el búho, la más sabia de las aves, y al ver la desesperación del árbol, exclamó:
-No te preocupes, tu problema no es tan grave, es el mismo de muchísimos seres sobre la tierra. ES tu enfoque lo que te hace sufrir.
"No dediques tu vida a ser como los demás quieran que seas. Sé tu mismo. Conócete a ti mismo como eres. Y para lograr esto, escucha tu voz interior." Y dicho esto, el búho se fue.
"¿Mi voz interior...? ¿Ser yo mismo...? ¿Conocerme...? " Se preguntaba el árbol desesperado. Y se puso a meditar esos conceptos.
Finalmente, de pronto, comprendió. Y cerrando los ojos y los oídos, abrió el corazón, y pudo escuchar su voz interior diciéndole:
"Tú jamás darás manzanas porque no eres un manzano, ni florecerás cada primavera porque no eres un rosal. Eres un roble, y tu destino es crecer grande y majestuoso. Dar cobijo a las aves, sombra a los viajeros y belleza al paisaje. Eso es quién eres. ¡Sé lo que eres! Y el árbol se sintió fuerte y seguro de sí mismo y se dispuso a ser todo aquello para lo cual estaba destinado. Así, pronto llenó su espacio y fue admirado y respetado por todos. Y sólo entonces todo el jardín fue completamente feliz, cada quien celebrándose a sí mismo.


Cuento tradicional

¿Te suena familiar esta historia? Cuantas veces nos han querido encasillar o meter en un molde que nos es nuestro... Solo seremos felices siendo fieles a aquello que somos.

Me®

martes, 4 de marzo de 2008

Jugo de Naranjas...


Cuando exprimes una naranja nunca esperas obtener jugo de toronja o de piña o de ninguna otra fruta que no sea naranja. Sólo puedes obtener lo que tiene en su interior.
Vamos a suponer que tú eres esa naranja, ¿Qué es lo que tienes en tu interior? ¿Eres una naranjita llena de amor para ti mismo y para los demás?
¿Eres una naranja fresca y llena de jugo, dispuesta a compartirlo todo con los demás? o ¿temes que si das un poquito de tu jugo se acabe y no te quede nada para ti mismo?
Tú no puedes dar nada que no tengas en tu interior, ni podrás obtener de los demás nada si no estás dispuesto a compartir lo que tienes.
Es por eso que antes de que pretendas ser amado, debes empezar por llenarte de amor, de compasión, de perdón y de confianza en ti mismo.
El primer paso para ser amado es llenarte de amor por ti mismo. Sólo una persona que se ama a sí misma puede dar y recibir amor. Si estás lleno de amor, eso es lo que tienes para darle a los demás. Es el amor por ti mismo lo que atraerá personas que te amen.

Amarte es respetarte tal y como eres y reconocer tus debilidades y tus defectos para poder superarlos.
Amarte es sentirte bien con lo que eres y tener un sentimiento general de que lo que haces está bien y que eres una buena persona.
Amarte es admitir que eres imperfecto pero único y valioso.

Amarte es saber que mereces ser respetado, amado y valorado por los demás.
Amarte es saber qué es lo que quieres en la vida y luchar por obtenerlo.
Amarte es consolarte a ti mismo, confortarte y saber que pase lo que pase, nunca vas a rendirte.

Amarte es cuidar tu cuerpo, tu salud, tus pertenencias y tus sueños.
Amarte es creer que tú eres una persona importante y que tienes un propósito para estar aquí.
Amarte es sentir que mereces ser, tener y hacer lo mejor de lo mejor. Amarte es ser considerado con los intereses de los demás, pero nunca ponerlos delante de los tuyos.

Amarte no es andar de presumido por ahí alardeando. A esa gente más bien le falta amor propio y está desesperada por conseguirlo.
Amarte es tener compasión por ti mismo. No es sentir lástima por ti mismo, sino entender que si cometes un error, te perdonas e intentas nuevamente a hacer lo mejor que puedes.

La autoestima es la base para una relación exitosa
y el ingrediente indispensable para el amor.
Tómate tu tiempo para recapacitar en la forma en que puedes aumentar tu autoestima, con el entendimiento de que es la base para tener una vida plena, satisfactoria y es la base para encontrar una relación plena de amor y comprensión.
Para que inicies tu trabajo en el aumento de la autoestima, te sugiero completar la siguiente lista con todas las razones que tienes para amarte más y para aceptarte cómo eres en este momento:

Termina la lista. Seguro que vas a encontrar cientos de razones por las que mereces amarte más y más.
Hago énfasis en la importancia de la autoestima porque estoy seguro de que el amarte es el punto de partida para una vida plena, exitosa y llena de amor.
“Respetarse a sí mismo quiere decir que tienes un romance secreto contigo“

Tomado del libro Tus Zonas Erroneas de Wayne W. Dyer.
 
Me®

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